Genera confianza y haz hincapié en su importancia escuchando
La confianza es la capacidad de confiar y creer en las
propias capacidades y en las de los demás.
La confianza
es la base de toda relación funcional, incluida la que tienes con tu hijo. La
capacidad de tu hijo para confiar comienza en casa. Estate preparado para
escuchar a tu hijo con una mente abierta. Al brindar un entorno de apoyo y
cuidado, estás mostrándole cómo es una relación de confianza y ayudándolo a
sentar las bases sobre las que se construirán sus futuras relaciones. En los
momentos difíciles, es posible que solo necesite ser escuchado y sentirse
aprobado en sus emociones. Esto es especialmente importante en un momento en
que tu hijo se pueda sentir vulnerable al transitar la vida adulta. A medida
que tu hijo crece y tiene más experiencias con las relaciones —tanto románticas
como platónicas— aprende más sobre el papel que juega esta confianza en sus
relaciones y busca maneras de aplicarla en sus interacciones sociales y
amistades. “La mejor manera de asegurarte de que tu hijo vuelva a recurrir a ti
una y otra vez cuando tenga dificultades es demostrándole que puedes ser la
persona que mejor sabe escucharlo”, dice la consultora en educación Jennifer
Miller. Las relaciones van y vienen, pero es tu trabajo demostrarle a tu hijo
que siempre podrá contar contigo si necesita a alguien con quien hablar.
Respeta su privacidad
Permite que tu hijo revele lo que quiera acerca de sus
relaciones y no lo presiones si no te cuenta todo.
“Condúcete
con cuidado en este punto y espera las oportunidades para ver si tu hijo te
pide algún consejo o no”, dice la Dra. Michele Borba, psicóloga especialista en
educación. No te apresures por entrometerte y darle un consejo que no te ha
pedido: te puede salir el tiro por la culata y no querrá contarte nada o, lo
que es peor, se sentirá incomprendido. Espera sus señales. “Estás generando
confianza”, dice Miller. “Si no te escucha, no lo presiones demasiado. Espera
hasta que se acerque a ti. Necesita confiar en que no te entrometerás ni
intentarás controlar su vida, sino que te interesas por él y siempre podrá
contar contigo”. Si está saliendo con alguien que a ti particularmente no te
agrada o a quien desapruebas, es posible que sea mejor dar un paso al costado.
A menos que su pareja le esté causando daño a tu hijo, realmente no es un
asunto en el que debas meterte. Este es un momento importante para el
autodescubrimiento y para asumir riesgos de manera sana, dice Miller. En cuanto
a los amigos, puedes demostrar que te interesan las personas importantes en la
vida de tu hijo sin presionar demasiado. “Ofrece oportunidades divertidas para
conectarte y relacionarte con sus amigos”, dice Miller. “Pero si no aceptan tu
oferta, intenta no tomártelo como algo personal. Mantén la puerta abierta, pero
no fuerces la situación”. Durante esta época, tu hijo está estableciendo una
identidad independiente y esto puede requerir algo de privacidad. ¡Los padres
no necesitan saber todos los detalles de las relaciones de sus hijos!
Comparte
tus experiencias
Tal vez ya
hayas hecho algo de esto mientras tu hijo crecía, pero ahora que se ha graduado
de la escuela secundaria y probablemente se haya ido de casa, es una excelente
oportunidad para confiarle tus historias personales en una conversación.
“Comienza
desde un lugar de respeto y entendimiento mutuos”, dice la autora y experta en
paternidad Ana Homayoun. Tu hijo ya no es realmente un “niño” y es posible que
sea más cómodo compartir con él algunos de los detalles más íntimos sobre tus
relaciones. Cuéntale algunas de tus historias sobre el primer amor, las buenas
y las malas. Dile cómo eran tus relaciones cuando estabas en la universidad o
cuando estabas muy ocupado trabajando en tu primer empleo real. Cuéntale cómo
te enamoraste. ¿Qué te hizo amar a la persona? ¿Qué cualidades te gustaban?
¿Cómo te hicieron sentir? ¿Cómo hiciste para mostrarle a tu pareja que la
respetabas y confiabas en ella? ¿Sentías que eras correspondido en ese aspecto?
En cuanto a las rupturas, háblale sobre los desafíos y las experiencias de
aprendizaje. ¿De qué manera un ex terminó la relación de una manera hiriente?
¿Qué podría haberse hecho mejor? ¿Hubo una relación que terminó realmente en
buenos términos? ¿Qué hizo que esto ocurriera y qué hiciste tú específicamente
para que fuera así? Estas son todas las preguntas que a los jóvenes les puede
resultar difícil responder por sí mismos porque simplemente no han vivido aún los
años de experiencia de amor y desamor. Sin embargo, ten cuidado de no imponer
tus experiencias en tu hijo. Escuchar sabios consejos a partir de tus
experiencias puede ser el comienzo para que transite el amor y la amistad, pero
en última instancia formará sus propias relaciones singulares.
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