Los adolescentes que abusan del alcohol u otras drogas pueden
ingeniárselas para guardar sus secretos como si fueran agentes secretos que
llevan una doble vida. En el estudio de seguimiento sobre actitudes en una
sociedad, realizado en 1998 por la organización Partnership for a Drug-Free
America, solo 14% de los padres encuestados reconocieron la posibilidad de que
sus hijos hubieran probado marihuana. Seguidamente, se encuestó a los jóvenes.
El triple —42%— admitió haber fumado la hierba. Los chicos a menudo tratan de
ocultar de sus padres el hecho de que consumen alcohol y drogas y los padres
frecuentemente se niegan a creer que sus hijos pueden estar en estas
actividades.
Cuando los padres creen que un adolescente puede estar
experimentando con drogas
De acuerdo con estudios de jóvenes en el tratamiento contra
las drogas, algunos llevaban más de dos años consumiendo alcohol y otras
sustancias sin que sus madres o padres lo supieran. En el momento en que un
padre sospecha que su hijo tiene algún problema con drogas, es probable que el
joven ya tenga un problema grave.
Cuando un padre sospecha que su adolescente tiene un problema
con drogas, puede que ya tenga un problema grave.
Confíe en sus instintos: Si tiene esa sensación perturbadora
de que su hijo adolescente pueda estar involucrado en drogas, no la ignore.
Hable con su hijo y explíquele detalladamente sus inquietudes. Prepárese: su
hijo puede sincerarse y hablarle abiertamente sobre su consumo de drogas y
pedir ayuda. Sea fuerte y asuma una postura para tranquilizarlo: es posible que
su hijo adolescente haya cometido un error, pero ahora es momento de
corregirlo. Consígale tratamiento a su hijo con un terapeuta en salud mental o
en adicciones. Su pediatra le puede ayudar a guiarlo, si no sabe por dónde
empezar.
Vigile la situación: Si su hijo niega su consumo de
sustancias, no descarte la posibilidad. Vigílelo muy de cerca. Contar con
evidencia física, como encontrar drogas o utensilios en la habitación de su
hijo, fotos en Facebook o mensajes de texto acerca de compra, venta o consumo
de drogas, puede ayudarle a forzar el asunto, lo que plantea la pregunta: ¿Es
ético hacer búsquedas en el dormitorio de un adolescente o invadir su
privacidad?
Privacidad: Si no tiene una preocupación específica sobre el
comportamiento de su hijo, es razonable permitirles un grado de privacidad que
aumente a medida que maduran. Sin embargo, “cuando las señales apuntan al uso
de sustancias”, dice la Dra.Adele Hofmann, “un padre de familia tiene todo el
derecho de violar la privacidad de un joven y buscar si tiene drogas. Los
adolescentes no son adultos autónomos que viven en la casa de sus padres.
Algunas veces, con el fin de protegerlos, es esto lo que se necesita hacer”.
Consulte con su pediatra: Siga vigilando de cerca el
comportamiento de su hijo, aun cuando no encuentre evidencia física. Converse
con el pediatra de su hijo y sea explícito en los detalles. Es posible que su
hijo tenga un problema médico o de salud mental que presente cambios
conductuales. Cualquiera que sea el origen del problema, su pediatra puede
ayudarle a entender lo que está pasando.
Consejos para descubrir la verdad y comunicar su preocupación
No confronte a su hijo cuando esté enojado o intoxicado.
Espere hasta que todos se hayan calmado y él esté sobrio.
Es mejor hacer un plan antes de hablar con su hijo.
Escoja un momento en que tengan privacidad y haya un mínimo
de interrupciones.
Guarde todos los celulares y envíe a los otros niños fuera de
la casa.
Evite acusaciones directas de implicación en drogas. Después
de todo, podría estar equivocado. Algunos comportamientos que sugieren abuso de
sustancias, como mostrarse indiferente y distante, podrían también ser síntomas
de depresión. O quizá el adolescente esté pasando por momentos difíciles en la
escuela, pero no les ha contado todos los detalles.
No subestime ni lo haga sentir culpable, como al decir:
“¡Sigue con esto, jovencito, y vas a matar a tu padre!” Quienes abusan de
sustancias por lo general ya están bien familiarizados con la aversión a sí
mismos y es posible que se sientan con remordimientos por la angustia que han
causado. Acentuar sus sentimientos de no servir para nada y avergonzarlos
probablemente no los motivará a dejar de hacerlo y podría llevarlos a drogarse,
para callar su dolor.
Trate de expresar sus inquietudes de esta forma: “Hemos
notado algunos cambios en ti últimamente”.
"Hemos notado algunos cambios recientemente".
Enumérelos. “Te amamos y sentimos que algo te está atormentando. Algunas
personas actúan de forma distinta, porque experimentan con la bebida y otras
drogas, y luego se dan cuenta de que el control se les fue de las manos.
“¿Es esto algo por lo que debamos estar preocupados? Si es
así, esperamos que seas honesto con nosotros y nos lo digas, de modo que
podamos ayudarte a detenerlo, ya que las drogas son un problema sumamente
grande para que un joven lo maneje por sí solo y sin ayuda
Antzonio Fernández Gonzalez
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