Cada uno de nosotros
somos un microcosmos químico-energético, un complejo sistema de energías
interactuando constantemente con una miríada de otros sistemas. De forma
permanente, cambiamos energías con esos sistemas externos, absorbiendo de ellos
cargas energéticas necesarias para nuestra subsistencia y descargando en ellas
cargas no necesarias tales como nuestros "detritos" energéticos. Al
mismo tiempo, cada uno de nosotros interactúa con otros seres humanos que se
nos aproximan, estableciendo con ellos las más variadas combinaciones de campos
energéticos, influenciándolos y siendo influenciados por ellos.
Para eso sirve
nuestro "cuerpo energético" o "cuerpo de energía sutil":
para posibilitar todos esos enlaces de energías responsables por la manutención
y desenvolvimiento de la vida. De modo análogo al cuerpo físico, hecho de
materia densa, el cuerpo sutil posee también una anatomía y una fisiología.
Posee órganos, los chakras para captar y
almacenar energías externas y eliminar energías internas adulteradas y para
procesar esas energías, de la misma forma que el aparato digestivo absorbe,
procesa y almacena el alimento sólido y líquido y el aparato respiratorio
capta, procesa y almacena el alimento gaseoso.
El proceso de
nutrición energética ocurre por lo general de modo inconsciente, automático,
orientado y regulado por la inteligencia instintiva de nuestro cuerpo. Mas ese
proceso puede también ser incrementado de modo consciente y voluntario. Para
eso existen muchos métodos desarrollados a lo largo de los tiempos por las
diferentes culturas y civilizaciones. Ejemplos de métodos voluntarios de
nutrición energética son ciertos yogas, como el hatha-yoga, ciertas artes
marciales como el tai chi chuan, meditaciones, ciertas técnicas de respiración
como las del pranaiama.
Personas
equilibradas, sanas tanto en el aspecto físico, pero principalmente en el
psíquico se nutren directamente de las fuentes naturales de energía. De la
energía de los árboles, del aire, de las aguas dulces y saladas, del sol, etc. Pero,
personas desequilibradas que, por haber perdido el contacto con su propia
naturaleza interna más profunda perdieron también la capacidad de absorber y
procesar el alimento energético natural, muchas veces necesitan, para
sobrevivir, echar mano de un expediente horrible: chupar la energía vital de
otras personas. Son ellos los "ladrones de energía", comúnmente conocidos
como “vampiros energéticos”. En nuestra sociedad moderna su número ha aumentado
de modo alarmante debido a varios factores, entre ellos la pérdida de contacto
directo con el mundo natural.
Los ladrones
energéticos son de dos tipos principalmente: los conscientes y los
inconscientes. Los primeros son más raros, precisamente por ser
conscientes, saben de las consecuencias nefastas que la práctica del vampirismo
energético acarrea para el mismo. Saben que esa práctica significará para ellos
una angustiante situación de dependencia en la cual no podrán vivir distantes de
sus víctimas.
Muchos de ellos conocen la ley de “causa y efecto”, o la "ley del
retorno", por la cual todo aquel que roba, tarde o temprano, será robado.
Mas los segundos, los vampiros inconscientes de su condición, son mas numerosos, en verdad casi todos nosotros,
en un momento u otro de nuestras vidas, sobre todo cuando nos encontramos en un
estado de desequilibrio emocional, acabamos comportándonos como ladrones de la
energía vital ajena.
La principal
característica de estas personas es el egocentrismo. Cuanto más esté volcada o
concentrada hacia sí misma, más tendrá dificultad en establecer contacto con
fuentes naturales de nutrición energética y más tenderá a chupar la energía
vital de otras personas que le están próximas.
Todos nosotros, estamos
naturalmente dotados de mecanismos de defensa contra la pérdida de energía
vital. De todos esos mecanismos, el más poderoso y eficaz es el de la
manutención del equilibrio interno, cuando nuestro Interior está en el lugar
preciso, en el centro de nuestro ser biológico, psicológico, energético y mental,
eso crea un estado de armonía en el cuerpo sutil capaz de impedir, incluso
rechazar cualquier tentativa de invasión externa con finalidad de hurto
energético. Además cuando perdemos la posición de nuestro centro de gravedad y
lo proyectamos fuera de nosotros mismos, eso altera y debilita la estructura
del cuerpo sutil, tornándolo permeable a aquella invasión.
Los conscientes son
sagaces y saben de eso están instruidos por su instinto rapaz, saben que para absorber
a alguien, deben antes desestabilizar las defensas de la víctima. Deben "sacar
a la víctima de su eje", con estratagemas, todas ellas con el objetivo de
hacer que la víctima pierda contacto con su centro Interior y de esa forma abrir
por completo las puertas de entrada de su cuerpo sutil.
EJEMPLOS DE LADRONES DE ENERGÍA
-Ladrón Lamentador: Ataca por el lado emocional y afectivo. Hace todo para despertar
compasión.
Defensa: Dígale que usted detesta los lamentos porque quejarse nunca
resuelve ningún problema.
- Ladrón Inquisidor: Dispara una pregunta tras otra. Si usted intenta responder, él corta su
respuesta, haciendo otra pregunta, tal vez sobre otro asunto completamente
diferente. Ese vampiro no tiene ningún interés en respuestas.
Defensa: Córtele las envestidas reaccionando con preguntas, de
preferencia idiotas, absurdas o contundentes.
-Ladrón Exigente: Cada palabra o gesto de este vampiro contiene un reclamo implícito o
explícito. Se opone a todo, exige, reivindica, protesta sin parar.
Defensa: Hacerlo parar porque ya está colmada su paciencia.
-Ladrón Cobrador: Se presenta como creador del mundo, cree tener derecho a todo, sin tener
que dar nada a cambio.
Defensa: No se coloque la coraza de culpable de desatención personal que
el vampiro le quiere meter en la cabeza.
-Ladrón Crítico: Su lema es: maldecir siempre, elogiar sinceramente nunca. Critica
negativamente a todo y a todos. Transmite para la víctima una visión fea y
negativa de las cosas, de las personas y del mundo. Defensa: Dígale al
vampiro que a usted no le interesa la vida ajena.
-Ladrón Adulador: Suaviza el ego de la víctima, cubriéndola de falsos elogios, aprenda que
todo adulador vive a costa de quien lo escucha.
Defensa: No caiga en la conversación del adulador.
-Ladrón Chismoso: El chisme es una de las armas más perversas de los vampiros de energía,
él se acerca con aire malvado y cuenta secretos íntimos de los ausentes.
Defensa: No se divierta con las falsas prendas del chismoso, al
contrario no acepte querer estar enterado de ninguna situación ajena.
-Ladrón Pegajoso: La puerta de entrada que él busca derrumbar es la de su sensualidad y su
sexualidad. Se aproxima a usted en demasía con voz sensual y expresiva gestualmente.
Defensa: Dígale que usted es una persona neurótica y detesta ser tocada/o.
-Ladrón
Hipocondríaco: Cada día aparece con una dolencia nueva, dice que es víctima
constante de dolores o enfermedades, es su modo de llamar la atención de los
demás.
Defensa: Decir que uno no es médico
y que acuda a uno ya que es el especialista.
-Ladrón Conflictivo:
Polemiza sobre cualquier cosa, pero no quiere, contrario a lo que pueda
parecer, minar las defensas de la víctima con la rabia, la ira y la
agresividad.
Defensa: Este vampiro tiene,
sobretodo una personalidad infantil, cambiar de tema urgentemente
Estos son meros ejemplos de posibles ladrones o vampiros energéticos,
sobretodo no jueguen con ellos, son sagaces y hambrientos de energía, lo mejor
es estar lejos de ellos y nunca olvidar para descargo de nuestra Conciencia, ir
a nuestro Interior, hacer una autocrítica honesta para saber de que lado está,
ya que en materia de este tipo de personas, toda víctima tiene de vez en cuando
su día de verdugo, por ese motivo tratar de llegar a nuestro Ser Interior para
no serlo.
Antonio Fernández González
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