CAMPO ENERGÉTICO HUMANO – EN EL ASTRAL

El Campo Energético Humano contiene toda la información perteneciente a los acontecimientos de esta vida y de vidas pasadas. Los bloqueos, miasmas, implantes energéticos, objetos etéricos incrustados, heridas no cerradas, traumas emocionales, etc. que actúan de manera inconsciente en nuestro ser y tienen una estrecha relación con los eventos de la presente existencia.

Al no ser reconocidos, se perpetúan de encarnación en encarnación. Esto produce un sin número de síntomas a nivel físico, emocional y psicológico, condicionando la manera de relacionarte con la vida, como así también la forma particular de percibir el mundo que te rodea. A éste bagaje de elementos ligado también a otras cuestiones, es lo que se denomina Karma.

Para sanar, debe realizarse una profunda conexión con el Ser Real a través del autoconocimiento, terapias, meditación, etc. Utilizar todas las herramientas disponibles para transformar en luz todos aquellos elementos separados para integrarlos a la  conciencia.

El  campo energético en el campo astral es en rasgos generales la de un vehículo recipiente que para guardar la esencia humana en forma compacta entre las encarnaciones.

De este modo llegamos a la realidad temporal asociada con esta clase de existencia física, como puede ser un vehículo apropiado para experimentos y evolución espiritual y material en el plano terrestre.

Esto abarca realmente el nivel etéreo y el físico. En el caso del nivel netamente físico nos encontramos en una estructura de tiempo y espacio. El nivel etéreo se comprende como un nivel acompañante y que opera a través de una estructura de tiempo y espacio, pero de modo diferente a la física, de modo que ambas se complementan, con el tiempo en el nivel físico, el potencial disminuye y aumenta la entropía, mientras que para el nivel etéreo aumenta el potencial y disminuye la entropía.

Una característica de la estructura física es el desorden, en oposición a la estructura etérea, donde impera la organización de material, el nivel físico se caracteriza por loa efectos eléctricos, mientras que el etéreo lo hace por loa efectos magnéticos. Se puede considerar los niveles físico y etéreo como un tipo de asociación transformadora, con el nivel etéreo el primero y el físico como secundario, donde el circuito primario siempre contenga mayor cantidad de energía. El circuito secundario manifestará, por lo tanto, una condición inferior, de modo que’ en general existirá menos energía. En el circuito de energía física podemos observar los meridianos de acupuntura también hay un circuito análogo a nivel etéreo (nadis) del sistema aunque no se haya definido el modelo, sí que se sabe que debe haber un acoplamiento inductivo entre dos circuitos acompañantes.

Es posible que presente una relación semejante a la del cuerpo físico, donde las glándulas endocrinas como importantes centros de energía espiritual del cuerpo y se relacionan con los funcionamientos químicos y fisiológicos del cuerpo humano.

Los chakras son centros psíquicos de energía dentro del cuerpo y con una relación astral directa y comunicante a nivel de la energía circulante entre el cuerpo físico y el cuerpo astral.
Cuando se realiza un trabajo de energía oscura o de energía en Luz, la energía buena o mala proyectada llega primero al cuerpo astral y este a su vez proyecta esa energía al cuerpo físico, pues ambos están unidos por distintos campos de energía y el efecto de la energía afecta para bien o para mal al cuerpo físico. Los daños son directamente proporcionales a la fuerza mental utilizada y a la cantidad de energía proyectada que llega directamente al cuerpo astral.

Lo mismo pasa con las enfermedades, primero se manifiestan en el cuerpo astral y después se proyectan al cuerpo físico, causando daño o curando, dependiendo de la intencionalidad generador de energía. Cuando se proyecta una fuerza negativa muy poderosa se perfora el aura y se produce un corto circuito, alterando las funciones energéticas y por ende las funciones orgánicas físicas.

Un campo energético poderoso mental, energetiza el aura y la fortifica produciendo un campo electromagnético poderoso, el cual es más difícil de perforar y de dañar.

Antonio Fernández González