RELACIONES DE LA VIDA

Todos tratamos de dirigirnos por nuestro camino de vida en busca de la auténtica familia, esto no quiere decir que sea de sangre; sino que esta unión en que se basa la palabra “familia”, es la de sumo respeto, dignidad, honestidad, reciprocidad y goce mutuo.
Esta necesidad, es un sentimiento de privación respecto a una satisfacción general ligada a la condición humana. Para esto tenemos que ser responsables, es decir ser capaces de responder por las condiciones que elegimos vivir, principalmente con tu conciencia que es la medida de la honradez de tu egoísmo, por ese motivo cuando la conciencia está limpia escúchala atentamente.

La criatura estudiosa que llevas dentro, el travieso y puro ser espiritual que llevas en tu corazón, que encarna tu auténtica personalidad, te guía por la vida. Por ello nunca vuelvas la espalda a los futuros posibles -siempre estando a pleno en tu presente- antes de que no tengas nada que aprender de ellos.
Por ese motivo, nuestra vida en este querido planeta Tierra, es una película que está en nuestra imaginación y por nuestro libre albedrio con nuestro consentimiento, por ese motivo tenemos que lograr asumir todo el aprendizaje por el cual estamos peregrinando en este mundo. Ningún corazón sufre cuando va en busca de sus sueños, porque cada momento de búsqueda es un momento de encuentro con Dios y con la Eternidad.
Las señales que Dios pone en nuestro camino son el lenguaje que usa para mostrar lo que se debe hacer. Una búsqueda comienza siempre con la suerte de principiante y termina en todo momento con la prueba de conquistador. Cuando se busca ser mejor de lo que somos, todo mejora a nuestro alrededor.

Antonio Fernández González