Frecuentemente confundida con los riñones y comúnmente
asociada al dolor de riñones, esta área se sitúa entre la cintura y el coxis.
Es una parte del sistema de sostenimiento.
Dolores en esta región manifiestan la presencia de
inseguridades materiales (trabajo, dinero, bienes) y afectivas.
“Tengo miedo de carecer de…” “Nunca lo conseguiré”, “Nunca
conseguiré realizar esto” expresan bien los sentimientos interiores vividos.
Estoy tan preocupado por todo lo material que siento tristeza
porque hay un vacío y este vacío me duele.
Incluso puedo fundar mi valor personal en el número de bienes
materiales que poseo.
Vivo una gran dualidad, porque deseo tener tanto la “calidad”
como la “cantidad”, tanto en lo que a relaciones interpersonales se refiere
como a lo que poseo.
Tengo tendencia a tomar demasiadas cosas sobre mis hombros y
tengo tendencia a dispersar mis energías.
Intento hacerlo todo para ser amado y me entretengo con la
opinión que tienen de mí los demás.
También puede tratarse de una inquietud frente a una u otras
personas.
Estoy preocupado por ellas y quizás tengo tendencia en “agarrar
los problemas de los demás sobre la espalda” y querer salvarlos.
Mi impotencia frente a ciertas situaciones de mi vida me
vuelve amargo y rehusó someterme, pero tengo miedo.
Este sentimiento de impotencia que puede llevarme hasta la
rebelión, podrá conducirme a un “lumbago” o un “dolor de cintura”.
No me siento sostenido en mis necesidades de base y mis
necesidades afectivas.
Tengo dificultad en hacer frente a los cambios y a la novedad
que se presentan a mí porque me gusta sentirme en seguridad en mi rutina y mis
viejas costumbres.
Esto revela frecuentemente que soy inflexible y rígido y que
quisiera ser sostenido a mi modo.
Si acepto que los demás puedan ayudarme a su modo, voy a
descubrir y tomar consciencia de que tengo el apoyo que necesito.
Así me vuelvo más autónomo y responsable.
Si se trata de un pinzamiento de los discos lumbares, pongo
probablemente demasiada presión sobre mí mismo en hacer cosas para que me amen.
Ya que se revela necesario un período de reposo, aprovecho
para mirar lo que está sucediendo en mi vida y volver a definir mis
prioridades.
Al no sentirme sostenido, me vuelvo rígido (tieso) hacía los
demás.
¿Tiendo a culpar a los demás de mis dificultades? ¿Me tomo el
tiempo de expresar mis necesidades?
Acepto que me único sostén viene de mí mismo. Volviendo a
tomar contacto con mí ser interior, establezco un equilibrio en mis necesidades
y reúno todas las fuerzas del universo que están en mí.
Estas fuerzas me dan confianza en mí y en la vida porque sé
que me traen todo lo que necesito: físico, emotivo, espiritual.
Estoy sostenido en todo momento Las 5 vértebras lumbares se
sitúan en esta área.
L1 = la primera vértebra lumbar L1 está afectada cuando vivo
un sentimiento de impotencia frente a alguien o a algo que no me conviene y que
tengo la sensación de no poder cambiar, que he de soportar.
Entonces, me vuelvo inerte, sin vida, gasto mucha energía con
cosas frecuentemente menores pero las aumento tanto que toman entonces
proporciones catastróficas, lo cual puede incluso hacer aparecer un sentimiento
de desesperación. Puedo vivir inseguridad frente a aspectos de mi vida, pero no
tiene realmente razón de ser.
Quiero controlarlo todo, pero esto no es humanamente posible.
Puedo también vivir conflictos interiores entre lo que quiero
hacer y que no me permito.
Esto hace subir en mí frustración, agresividad e ira.
Estos sentimientos endurecen mi corazón si no me libero y
amargan mi vida.
Una vértebra L1 en mal estado puede traer enfermedades
relacionadas con las funciones de digestión (intestino y colón) o eliminación
(estreñimiento, disentería, etc.).
Tomo consciencia del poder que tengo para cambiar el curso de
mi vida, y sólo la mía. Vuelvo a establecer mis prioridades para canalizar bien
mis energías.
L2 = El estado de la segunda vértebra lumbar L2 depende mucho
de mi flexibilidad frente a mí – mismo y a los demás. La soledad y la amargura
generalmente causadas por una timidez pronunciada son también factores
importantes que pueden afectar L2.
Soy preso de mis emociones: al no saber cómo vivirlas y
expresarlas, y al ser éstas a veces vivas y explosivas, pongo máscaras para
protegerme y evitar que se pueda ver lo que sucede en mi interior.
Mi malestar puede hacerse tan grande que quiero “adormecer”
mi mal con bebida, drogas, trabajo, etc. y L2 hará entonces una llamada de socorro.
Tengo tendencia a ver las cosas en negativo y a vivir en un
estado depresivo que veo muy poco porque estoy en un papel de víctima que no me
obliga a pasar a la acción o a cambiar cosas en mi vida. Igual como L1, un
sentimiento de impotencia y también mucha tristeza afectarán L2.
Soy bastante amargo frente a la vida porque estaría
supuestamente disfrutando de los placeres de la vida pero, frecuentemente, no
me autorizo a ello a causa de mis obligaciones o por deber, para mostrar el
buen ejemplo.
Debo aprender que no he de ser perfecto.
A veces puedo sentirme incapaz o impotente frente a una
situación.
No he de culparme por ello o estar enfadado; solo he de ser
auténtico conmigo mismo y los demás y expresar simplemente mis penas, mis
alegrías, mis dudas, mis incomprensiones, mis frustraciones para estar más
abierto frente a los demás y para que L2 recupere vida también.
Se debe recalcar que una vértebra L2 en malas condiciones
puede conllevar enfermedades del abdomen, el apéndice o las piernas en donde
podría ver aparecer varices.
L3 = la tercera vértebra lumbar L3 se ve sobre todo afectada
cuando vivo situaciones familiares tensas o tormentosas. Me impido decir o
hacer cosas para no herir y no molestar a los demás.
Pero al hacer esto, me hago daño a mí mismo. Juego el papel
de “buen chico” o “buena chica” manifestando una gran flexibilidad.
Pero me vuelvo “bonachón” lo cual me causa frustración, sobre
todo si debo poner mis deseos de lado.
Y quizás, también, me ponga de lado, particularmente a causa
de mi gran sensibilidad, sin saber mucho como dichas emociones estarán
recibidas.
Me vuelvo “paralizado”, incluso impotente, en mis emociones,
en mi cuerpo, en mis pensamientos, lo cual impide que se manifieste mi
creatividad y todo lo vinculado a ella, en particular la comunicación y la
sexualidad que se quedan “rígidas” y “frígidas”.
Para superar el desánimo, debo tender los brazos hacía los
demás y atreverme a expresar mis emociones para que mi pleno potencial creativo
se despierte y se manifieste.
La mala condición de L3 puede conllevar dolencias en los
órganos genitales, en el útero (en la mujer), en la vejiga o en las rodillas,
tales como la artritis, la inflamación o dolores.
L4 = Cuando la cuarta vértebra lumbar L4 se rebela, es
frecuentemente porque tengo dificultad en transigir con la realidad de todos
los días.
Puedo complacerme en un mundo imaginario y esto puede
llevarme a vivir en la pasividad, estando un poco cansado de ver lo que ocurre
alrededor mío.
Se instala cierta dejadez.
“¿Porqué preocuparse de todos modos?”
Sufro los acontecimientos y no los creo, lo cual me puede
dejar un sabor amargo. Igual como L4, necesito protegerme cerrándome porque
puedo fácilmente dejarme distraer o influenciar por lo que me rodea, sobre todo
por lo que la gente pueda decir de mí, y mi sensibilidad puede estar altamente
afectada.
También me rompo la cabeza exageradamente y mi discernimiento
está a veces erróneo o carente porque mi mental es muy rígido, lo cual me
impide tener una visión global de una situación y en consecuencia soluciones o
posibles vías frente a ella.
Entonces quiero controlar en vez de escuchar mi voz interior.
Debo aprender a escuchar ésta para recuperar el dominio de mi
vida.
Recupero mi poder de crear mi vía como quiero y recupero el
gusto de realizar grandes cosas
Se debe observar que una vérteb=a
L4 = en mal
estado puede conllevar dolores en la región de mi nervio ciático y de la
próstata en el hombre.
L5 = Puedo
preguntarme lo que sucede en mi vida cuando la quinta vértebra lumbar L5 está
afectada.
¿Tendría por casualidad una actitud de desprecio o de pereza
frente a una persona o una situación?
Puedo vivir un poco de celos, disgusto, frustración, pero sin
embargo ya tengo mucho, la vida me ha mimado y tengo dificultad en reconocerlo.
Mi vida está teñida de lujuria (en todos los niveles) y debo
aprender a apreciar lo que tengo, y a cultivar mis relaciones interpersonales:
tengo dificultad sobre todo en el plano afectivo a ser auténtico y a sentirme
bien porque en el fondo de mí, vivo una gran inseguridad y tengo dificultad en
expresar lo que vivo.
Por lo tanto, tendré tendencia a ser algo depresivo ya que
pasaré frecuentemente de un cónyuge a otro sin saber demasiado porqué sucede
esto, sintiéndome “correcto” dentro de lo que estoy viviendo.
Inventaré toda clase de guiones y mi atención siempre estará
centrada en los pequeños detalles anodinos, lo cual me impedirá adelantar y
pasar a otra cosa.
Cierta amargura puede ensombrecer mi vida e impedirme
disfrutar de ésta.
Aprendo a saborear cada instante que pasa y a apreciar toda
la abundancia que forma parte de mi vida.
Un mal estado de L5 puede
ocasionarme dolores en las piernas, desde las rodillas hasta los dedos de los
pies.
La parte inferior de la espalda también forma parte del
sistema del centro del movimiento.
Si tengo dificultad en transigir con la sociedad, tanto desde
el punto de vista de las orientaciones por tomar como del sostén que espero de
ella, puedo vivir frustración o resentimiento.
No quiero “negociar” con ciertas personas o ciertas
situaciones.
Mis relaciones personales con mi entorno padecen de ello.
También puedo tener dificultad en aceptar que voy sumando
años.
“Me hago viejo” y debo amansar lentamente la noción de
mortalidad.
Finalmente, la parte inferior de la espalda está muy estrechamente
vinculada a los dos centros de energía inferiores, el coxis y el segundo centro
de energía que está vinculado más específicamente a la sexualidad.
Si vivo conflictos interiores o exteriores para con ésta, si
he reprimido mi energía sexual, puede manifestarse un dolor de espalda.
Las 4 vértebras sagradas y las 5 vértebras del coxis están
relacionadas con esta región.
Cuando las vértebras sagradas están afectadas, puedo tener la
sensación de que no tengo columna y que necesito a otra persona para
sostenerme.
Estoy constantemente “probado” por la vida para ver cuál es
mi nivel de integridad y de honradez.
Tengo un enorme potencial pero ¿estoy listo para realizar los
esfuerzos necesarios para cumplir mis objetivos?
Las
vértebras inferiores son las siguientes:
S1, S2, S3 = Ya que
las 3 primeras vértebras sagradas están soldadas juntas, se tratarán juntas.
Constituyen un todo.
Reaccionan con la rigidez que manifiesto, con mi estrechez
mental en relación a ciertas situaciones o ciertas personas, a mi mente cerrada
que rehúsa oír lo que los demás han de decir.
Quiero tener el control para sentirme fuerte y en seguridad
y, si lo pierdo, voy a estar enfadado, furioso y puedo tener ganas de “pegar
una paliza” a alguien por estar tan frustrado y lleno de amargura.
Todos estos sentimientos generalmente tienen su origen en mis
relaciones afectivas que no siempre van como lo deseo. La comunicación tanto
verbal como sexual, es deficiente, por no decir inexistente, y estoy
constantemente volviendo a plantear este tema.
Tengo la sensación de tener que nadar a contra corriente y me
siento en un callejón sin salida.
Tengo interés en parar un momento y ver claro en mi vida, a
reflexionar sobre lo que quiero y edificar una base sólida.
S4, S5 = Todos
los deseos tienen su origen en las vértebras sagradas cuarta y quinta.
Si soy capaz de administrarlas bien, si tomo el tiempo de
descansar y hacer las cosas que me gustan, S4 y S5 funcionarán bien.
Sin embargo, si vivo culpabilidad, tratándome de perezoso y
confrontándome a mis deberes y mi moralidad, juzgando mi conducta “no
correcta”, S4 y S5 pueden reaccionar fuertemente.
Tengo el derecho de hacer cosas para mí y a veces evadirme
pero debo evitar que esto se vuelva un medio de huida, evitando que me enfrente
con mis responsabilidades.
En ese momento, la pereza puede no estar benéfica: me
mantiene en un estado pasivo de cansancio que me impide ir hacia delante.
Por esto, en casos extremos, también estarán afectados mis
pies.
El único modo de curar el sacro quebrado o roto, es la
inmovilidad física y el tiempo.
El sacro está vinculado al segundo centro energético que se
sitúa al nivel de la primera vértebra lumbar.
Un desequilibrio de este centro energético puede aparecer en
las dolencias físicas siguientes: referente a los órganos genitales, puede
haber infertilidad, frigidez o herpes; en cuanto a los riñones: cistitis,
cálculos; en lo referente a la digestión y la eliminación: incontinencia,
diarrea, estreñimiento, colitis, etc.
Las desviaciones de la columna vertebral (escoliosis) nacen
generalmente a este nivel y conllevan con ellas dolores de espalda.
El segundo chakra o centro energético, influencia mis
relaciones con mi entorno y un malfuncionamiento de éste, que afecta mi sacro,
será el signo de mi estrés, mis angustias, mis miedos y mi tendencia depresiva
que debo aprender a administrar.
En cuanto al coxis, está vinculado al primer chakra, o centro
de energía, sede de la supervivencia.
Representa el fundamento de mi sexualidad, la realización
adecuada de mis necesidades de base (sexualidad, alimento, protección, techo,
amor etc.).
El coxis está formado de cinco vértebras coxigianas que están
soldadas juntas. Representa mi dependencia frente a la vida o a alguien más.
Hay muchas probabilidades de que mi cuerpo me diga que tengo
que pararme cuando me duelo el coxis.
Es mi inseguridad la que se manifiesta en relación con mis
necesidades de base, de supervivencia, en particular el hecho de tener un
techo, alimento, vestidos, etc.
El alimento aquí se refiere a las necesidades físicas como
emocionales y sexuales.
Cualquier persona necesita amor en su vida.
También necesita comunicación mediante relaciones sexuales
con uno o su pareja.
Estas necesidades generalmente se niegan y reprimen, sobre
todo a causa de mis principios morales y religiosos, lo cual me lleva a estar
insatisfecha.
Puedo sentirme entonces impotente en todos los sentidos del
término y hay una ira incubando dentro de mí.
Quiero huir cualquier situación que hace daño a mi
sensibilidad y frente a la cual puedo vivir culpabilidad.
Debo poner mi orgullo de lado, es decir mis miedos.
Debo confiar en la vida y sobre todo hacer confianza en mi
capacidad por expresarme y asumirme.
Cuando siento dificultades vinculadas con este aspecto de mí
mismo, compruebo interiormente hasta qué punto estoy (quiero ser) dependiente
de una persona que, conscientemente o no, satisface ciertas necesidades de mi
vida.
Soy capaz de cumplir mis propias acciones, de ser autónomo.
Es posible que las personas con las cuales me vinculo sean
mucho más dependientes afectivamente que yo y que tengan necesidad de este tipo
de relación.
Acepto ver hasta qué punto hago muestra de independencia y
vigor en mi vida.
Debo soltar cualquier sentimiento de inquietud frente a mis
necesidades de base y tomar consciencia ahora de las fuerzas que me habitan y
afirmar que soy la persona mejor colocada para garantizar mi propia
supervivencia.
Al estar vinculado el coxis con el primer chakra, un
desequilibrio al nivel de este centro de energía puede conllevar desordenes
físicos, los más corrientes tocando el ano o el recto (hemorroides,
irritaciones), la vejiga (trastornos urinarios, incontinencia), la próstata.
También se puede encontrar dolores en la base de la columna
vertebral, una toma o pérdida de peso considerable (obesidad, anorexia) y una
mala circulación sanguínea al nivel de las piernas (flebitis), manos y pies.
Estos males me dan una indicación que tengo necesidad de
volver a equilibrar este centro de energía.
Vértebras dorsales: el modo de identificar cada una de ellas
es por la letra D que
designa “dorsal” seguida del número secuencial de la vértebra.
Otro modo también es usar la letra T para designar las vértebras torácicas, y es lo mismo.
Amor: El amor
aquí referido es como el amor de una madre para su hijo.
Cuando está afectado mi coxis, puede que viva el miedo a
perder o no tener como mínimo un amor similar al que un hijo está en derecho
esperar de su madre.
Se trata aquí de este tipo de amor y no de una relación
amorosa entre adultos.
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