Cuando se ha
llegado al conocimiento de que no hay nada que se escape al margen de Dios, de
que todo lo que sucede no es casualidad. Este conocimiento nos hace ser
Maestros de las Leyes Universales que rigen el TODO.
Los maestros
y sabios no escapan a la causalidad de los planos superiores, sino que se
armonizan con ellos y así controlan las circunstancias en el plano inferior.
Forman así
una parte consciente del devenir Cósmico, en lugar de ser meros instrumentos
ciegos.
Al
sintonizar con las frecuencias sutiles superiores, reciben Energía e
información que afecta inevitablemente al plano físico, son puentes al servicio
de los planos superiores a los planos materiales,
Jesús
nuestro Maestro Cósmico nos advirtió que hasta “los cabellos de nuestra cabeza
están contados”.
Esto
significa que ni una piedra cae sin ser advertida por la Mente del TODO, nada
hay fuera de la Ley y nada que suceda contrario a ella que no esté registrada
por la Ley de Causa y Efecto.
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