El cerebro no busca la verdad sino sobrevivir, él piensa que
las creencias heredadas de nuestro entorno (padres, educadores, personas a las
que admiramos…) son las que nos van a hacer mantenernos vivos, las que nos dan
mayores probabilidades de éxito y supervivencia
.
En un mundo prehistórico, esta manera de comportamiento
mental fue muy acertada, pero en el actual muchas cosas han cambiado. La
velocidad de la vida contemporánea, los cambios intergeneracionales, los retos
diarios que nos encontramos y contratiempos que hemos de afrontar, superan a la
velocidad de reacción de la amígdala (glándula pineal), que es nuestro cerebro
básico primitivo o emocional. Así es como surgen las ansiedades y la violencia
ante situaciones que, fríamente, recapacitando posteriormente, pensamos que no
tenían mayor peligro para nuestra integridad física, que “no fueron para tanto”
o en las que nos decimos “no entiendo porque me puse así”.
Consciencia no es más que un DARSE CUENTA de que nuestro cerebro
puede, en ocasiones, estar equivocado, que la máquina que usamos para pensar
puede estar mostrándonos las cosas no como son sino como piensa que son e
INTERPRETA. Que las respuestas que nos está dando pueden no ser las correctas o
las más acertadas en una situación determinada. El cerebro es un órgano muy
delicado e importante, muy desarrollado y sensible, pero no por eso infalible.
Es importante saber esto para no dejarse cegar, para poner
distancia también con nuestra propia mente, saber que a veces sus
interpretaciones solo buscan sacarnos de peligro o hacernos sobrevivir a lo que
entiende la mente que es una situación peligrosa, interpretaciones estas que
puede que en muchos casos no tenga que ver con la realidad de la situación que
realmente estamos viviendo. Si no vemos esto, estamos ciegos, ya que frente a
nuestros ojos existe entonces un tamiz que deforma la realidad ajustándola a
criterios o creencias heredadas, o a nuestra conveniencia en cada momento (o
mas bien, a lo que nuestra mente piensa que nos conviene creer).
Aunque hay psicópatas y gente que encuentra gusto en hacer
el mal, la mayor parte de la gente que definimos como malvada o nociva,
simplemente es INCONSCIENTE, se están dejando llevar por sus creencias al igual
que tú o yo por las nuestras, solo que las suyas son radicales y peligrosas
para el resto de los seres humanos de su entorno. Dichas personas no saben que
su mente es un jugador más de esta partida, piensan que la equivocación o la
causa de sus problemas están fuera de sí, en otras mentes, en otras personas,
en el destino,…sin ver que la mente interpreta las cosas basándose en lo que
capta por los sentidos.
La mente busca ahorrar energía, darte rápidamente una
respuesta ante un suceso concreto, para tratar de hacerte tomar control y
proporcionarte seguridad y tranquilidad (la mente inconsciente lleva muy mal el
no saber, no quiere asumir el desconocer, el no entender, ya sea por baja
autoestima o por soberbia entiende eso como un descontrol), por eso a la mente
inconsciente, la mente sin luz propia le gusta tanto la GENERALIZACIÓN y la
CLASIFICACIÓN, raíces estas del prejuicio, sencillamente porque es lo más
rápido, aunque generalmente no son esas herramientas las que nos acercan más a
la verdad de lo que realmente es.
¿Cuántas veces has oído o visto algo y al informarte mejor
te has dado cuenta que lo que suponías en un primer momento que había ocurrido
no coincidía con lo que realmente sucedió?
“Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión.
Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el
espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor.” PROVERBIO CHINO.
La HUMILDAD en estos casos es una habilidad fundamental, el
saberse falible (¿qué ser de esta tierra es infalible?). Alguna razón habrá
pero no sé exactamente porque muchos nos hemos exigido o nos exigimos la
perfección, la infalibilidad, ¿Será por nuestro miedo a pensar que podemos
fallar? ¿El terror a que algo se nos escape de nuestro control? Quien tiene
miedo al fracaso, ya ha perdido.
“Quizás la perfección del ser humano consista en darse
cuenta de que no es perfecto”. P. G. G.
Cuando dejamos de exigirnos imposibles, cuando ponemos
humildad en nosotros mismos (que no significa dejarnos humillar como muchos
pensarán que estoy queriendo decir), cuando no tenemos miedo a ser débiles en
algunos momentos, cuando entendemos que nuestra mente también juega en este
juego de tablero llamado la vida, entonces, se produce un DESPERTAR, un cambio,
una TOMA DE CONSCIENCIA (lo que tantos pensadores, filósofos o místicos, de
alguna u otra forma, con unas u otras palabras han definido y tratado a lo
largo de la historia).
“La primera tarea del ser humano en la vida es darse luz a
sí mismo”. ERICH FROMM.
Cuando eres consciente de que tus prejuicios pueden influir
en tus juicios de valor sobre las personas o las situaciones; el sesgo, la
parcialidad, disminuyen en gran medida, es un grandísimo paso el que estás
dando hacia tu mejora emocional y tranquilidad interior, estás PONIENDO LUZ en
lo que tu eres y comprendiendo el porque te comportas de tal o cual manera
(comprendiendo SIN JUZGARTE). Todo esto da vértigo en un primer momento, pero
tranquilo, ni te estás volviendo loco ni estas comenzando a ser bipolar (es
solo tu mente la que está percibiendo erróneamente la situación otra vez) no es
eso, sólo es un proceso TOTALMENTE NATURAL el que estás viviendo, una
transformación interna.
Cuando NO somos conscientes de todo esto, somos muy
vulnerables, somos rígidos mentalmente como el árbol de tronco grueso y duro
que el viento parte, estamos siendo manejados por nuestra mente y por lo que
ella crea o suponga en cada momento que las cosas son. Estando así, nos
cabreará y fastidiará casi todo lo que salga de nuestro esquema mental y
seremos también muy fácilmente manipulables por otras personas, ya que
rápidamente pueden ellas descubrir nuestros puntos flacos, por donde pueden
hacernos daño si lo desean o sacarnos de quicio.
“Sufrimos más por nuestras opiniones que por los
acontecimientos mismos”. SÉNECA.
¡Felicidades!, ahora que sabes esto, puedes empezar a ser
más libre (si ya lo sabías también me alegro), libre de cadenas que hasta ahora
no veías, que son las que más daño te pueden hacer. Libre de los hilos de
marioneta que encauzaban tu vida, no estabas siendo manipulado por otras
personas, sino por tu propia mente en primera instancia. Curioso no?.
Sinceramente, y para finalizar, solo puedo decir que Platón
con
su mito de la caverna ya estaba poniendo todo esto al descubierto. Nuestros
ojos no nos permiten ver si no hay luz.
Antonio Fernández González
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