Hay muchos “tipos de abrazos” pero sean como sean, la manera
en la que abrazamos a alguien dice mucho de cómo es nuestra relación con esa
persona. Un abrazo, al fin y al cabo, es una expresión pura de una emoción.
La gran mayoría de las veces que abrazamos, lo hacemos rápido,
sin mucho contacto físico, un abrazo “marcado”, aséptico, sin grandes alardes
de cariño. Lo hacemos así porque no queremos que la persona a la que abrazamos
sepa que tenemos sentimientos hacia ella, aunque, en el fondo la apreciemos mucho.
Se da mucho entre hombres, para que la gente no piense cosas raras… “Sin
mariconadas”, se dice a veces. Aunque también se da mucho en relaciones
familiares o incluso, en relaciones de pareja. Un abrazo de estas
características no es un abrazo. Es una muestra forzada de cariño.
¿Cuál es el
significado de un abrazo?
Un abrazo es un intercambio de ENERGÍA entre dos personas.
Ese intercambio de ENERGÍA debe de aportar a las dos personas. Ambas tienen que
“volcar” su Energía, no vale si uno da ENERGÍA y el otro sólo recibe. Cuando dos
personas se dan un abrazo, las dos tienen que sentirse con más ENERGÍA que
antes de darlo. No puede ser que uno reciba ENERGÍA sin darla, porque entonces
el otro se quedará literalmente “seco”.
Cuando abrazas, quieres dar Amor. Si se da Amor, se da sin condiciones. Si no,
no es Amor. Será otra cosa y no vale la pena hacer.
Cuando abraces, déjate de tonterías, entrégate y abraza
fuerte, dando ENERGÍA. ¡Que es gratis! Además, lo normal, es que, cuanto más ENERGÍA
des, mas te dará la otra persona.
¿Qué
significa la palabra abrazo?
La palabra “Abrazo” proviene del latín “Amplexus”. No sé que
significa el prefijo “Am“, pero “plexus” significa “tejer”. Y eso da pistas
suficientes de lo que implica un abrazo. Algo así como “tejer” tu ENERGÍA con
la del otro.
Dos Formas
de abrazar
La ciencia de todo esto de dar abrazos radica en la manera
en la que “tejes” la ENERGÍA. En este contexto podemos expresar que hay dos
formas de hacerlo, pero para poder entenderlas bien, necesitamos
experimentarlo. Buscar a alguien a quien abrazar y seguir las formas que a
continuación detallamos:
Dar un abrazo “dando” Energía
Imaginemos que estamos envueltos en un Polvo Mágico, de color dorado, por
ejemplo. Ese Polvo Mágico, rodea todo tu cuerpo. Desde la cabeza hasta los
pies.
Abraza a la otra persona con la sensación de que estás entregándole una gran dosis
de esa fina materia. Tienes que sentir cómo sale de ti y cómo envuelve a la
persona a la que abrazas. Si no sientes que sale, es que no lo estás haciendo
bien.
Dar un abrazo “recibiendo” Energía
Si fuésemos puristas, no se podría decir exactamente que estamos “dando” un
abrazo, si no recibiéndolo. Por lo que no existiría abrazo como tal, sino un
“robo” de ENERGÍA.
Para comprobar el efecto que tiene este tipo de abrazo, imaginémonos que es la
otra persona quien está envuelta en un Polvo Mágico, siente cómo lo aspiramos y
nos llenamos de ello, pero si intentamos no dar nada de nuestro Polvo Mágico
esta vez, le aspiramos Polvo Mágico hasta que le dejes “seco” y te estarás
convirtiendo en un VAMPIRO ENERGÉTICO
Si pedimos a la otra persona que te abrace de las dos maneras experimentaremos
en tus propio Ser desde el otro lado. Compara las situaciones. ¿Con cuál te has
sentido mejor?
Pregúntale a la otra persona cómo se ha sentido en cada caso y pidamos que nos
diga cuál fue de su agrado.
Hay personas que tienen muy buena ENERGÍA y queremos
impregnarnos de ella, queremos juntar nuestra ENERGÍA con la suya. Eso está muy
bien, pero tendremos que dar algo a la otra persona para que reponga esa ENERGÍA
que nos ha dado, si no, espiritualmente no será justo y estaremos hurtando su
ENERGÍA.
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