Ya no soportaré más algunas cosas, no porque
me haya vuelto arrogante, sino todo lo contrario, simplemente llegué
a un punto de mi vida en que no me agrada
perder más tiempo con aquello que me desagrada, o hiere de forma
injusta, ya que lo único que pretendo estar dentro de un camino de Luz donde,
el Amor, el Respeto, la Conducta, la Lealtad y la Acción, conjugando todo lo
anterior en una unidad.
No tengo paciencia para el cinismo, las críticas excesivas y exigencias
de cualquier naturaleza, puedo no agradar, de amar a quien
no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme,
pero como responsabilidad propia, por transitar este camino tengo que lograr que
la voluntad de hacer el bien no pare. Me frena ante muchos pero no logra
pararme eso es lo importante.
No dedicaré ni un minuto a quien me miente
o quiere manipularme. Decidí no convivir más con la pretensión,
hipocresía, deshonestidad y elogios baratos, no tolero las personas que dañan a la ignorancia, ya que
cada Ser tuvo una vida propia con muchos matices que lo hacen ingresar a tener
dudas o no saber por cualquier motivo algo, de ahí viene el dicho “nadie nace
sabiendo”, no admito la selectivad y la altivez académica, no soporto
conflictos y comparaciones, ni debates agresivos en mi muro, ya que en el
discernimiento y en el cambio de ideas, con RESPETO se llega a una verdad mas
cercana a la absoluta y lograr cada día aprender un poco mas uno de los otros y
viceversa.
Creo en un mundo diverso y por eso evito personas
de carácter rígido e inflexible, ya que todo Ser que pise la Tierra
no posee la verdad pura del SER. En la amistad me desagrada
la falta de Lealtad y la traición. No me llevo
nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar a sus pares para lograr
levantarle su auto-estima, lo triste es que la mayoría de las veces se hace lo
contrario en puro beneficio propio. Las exageraciones me desagradan y tengo
dificultad en aceptar a quien no es de su agrado la protección
de todos los Seres que no tienen la posibilidad de respuesta y por sobre todo tengo
poca paciencia para quien no la merece.
Antonio Fernández González
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