1. Transición manual
2. MANDALA es un término sánscrito que significa centro,
círculo, anillo sagrado. Es un diseño que puede ir desde la más exquisita
sencillez hasta la más intrincada complejidad, frecuentemente circular -aunque
no siempre, pero siempre con un centro- y representa las fuerzas reguladoras
del universo, los ciclos infinitos de la vida, la totalidad del ser, sirviendo
como apoyo en la meditación. Es un símbolo de sanación, de totalidad, de unión,
de integración. Un mandala es, ciertamente, básicamente un círculo, que es la
forma perfecta y representa el símbolo del cosmos y de la eternidad, la
creación, el mundo, Dios, el ser humano, la vida. Se puede decir que todo en la
vida posee las formas del círculo. Desde el macrocosmos hasta el microcosmos y
toda nuestra naturaleza, árboles, flores, etc. todos siguen una línea circular
que se interrelaciona de diferentes maneras con las formas geométricas básicas,
consideradas como “formas sagradas”. Hay quienes dicen que el universo entero
es un gigantesco mandala.
3. Existe una variedad infinita de mandalas, desde las
figuras más austeras hasta las más complejas, con forma de loto o de rueda y en
todo tipo de materiales y técnicas imaginables, desde un simple dibujo hasta
grandes edificios. La forma del mandala ha sido utilizada desde tiempos
remotos, pero se cree que tiene su origen en la India, propagándose por todo el
oriente y adquiriendo características propias según la ideología de cada
región, llegando más tarde a occidente. Su importancia se ve reflejada en su profusa
utilización entre las más variadas culturas, religiones y épocas. Los mandalas
son como centros energéticos de equilibrio y purificación, que nos ayudan a
transformar la visión que tenemos de nuestro entorno y de nosotros mismos.
4. Al ojo humano le fascina mirar; disfrutar de la belleza
virgen de nuevos paisajes, la dignidad de los árboles, la ternura de un rostro
o la esfera blanca de la luna que bendice la tierra con un círculo de luz. El
ojo siempre busca la forma de la cosa. Encuentra consuelo y sensación de
realización en ciertas formas. En lo más profundo de la mente humana reside una
fascinación con la forma del círculo porque satisface un anhelo interior.
Es una de las formas más antiguas y universales del cosmos.
La realidad suele expresarse con esta forma. La tierra es un círculo y el
tiempo mismo parece ser de naturaleza circular.
El círculo fascinaba el mundo celta y aparece constantemente
en su arte. Los celtas concebían al tiempo como un círculo que lo abarcaba
todo. El año es un círculo: El invierno se vuelve primavera, de ésta nace el
verano y finalmente viene el otoño para completar el año. El círculo del tiempo
jamás se interrumpe. Su ritmo se refleja en el día, que también es circular.
Primero es el alba que nace de la oscuridad, crece hacia el mediodía y decrece
hacia el atardecer hasta que vuelve la noche. El ser humano vive en el tiempo;
por lo tanto, su vida es circular. Venimos de lo desconocido. Aparecemos sobre
la tierra, vivimos en ella, nos alimentamos de ella y llegado el momento,
volvemos a lo desconocido.
5. No hay pasado y futuro, sólo el presente. Ayer era el
presente cuando lo experimentaste. El mañana será presente cuando lo
experimentes. La experiencia sólo tiene lugar en el presente y, más allá y
aparte de la experiencia, nada existe. Incluso el presente es pura imaginación
porque el sentido del tiempo es puramente mental. Han surgido tantas religiones
porque la gente desea cosas misteriosas y elaboradas. Sólo los suficientemente
maduros pueden comprender el asunto en su desnuda simplicidad. Debido a que las
personas aman el misterio y no la verdad, las religiones se encargan de
alimentarlas con misterios, para finalmente conducirlas hasta las proximidades
del Ser. Sean cuales sean los medios adoptados, al final deberás retornar al
Ser. ¿Por qué, entonces, no moras en el Ser, aquí y ahora?
6. Cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, puede pasar
ahora, porque este tremendo poder ha sido liberado y en todo momento se está
acumulando mayor fuerza e impulso. Muchas puertas y ventanas que han
permanecido cerradas a través de los años, se están abriendo ahora y la Luz y
la Verdad penetrarán por doquier. Vive plenamente en todo momento, con genuino
gozo.
7. Tienes que crecer desde dentro hacia afuera. Nadie puede
enseñarte, nadie puede hacerte espiritual. No hay otro maestro, sino tu propia
alma.
8. Al igual que las olas, la espuma y las burbujas no son
sino el agua de la que provienen, lo mismo ocurre con el mundo emanado del Yo
supremo: no es otra cosa que el Yo supremo.
9. Hay dos maneras de vivir la vida. Una es como si nada
fuera un milagro. La otra, como si todo fuera un milagro.
10. Cuando nos sentamos sin pedirle nada al momento presente,
sin esperar el siguiente, sin esperar obtener algo -sea lo que sea-, cuando
dejamos de esperar la iluminación, el amor, la paz o una mente tranquila y
dejamos de pedir nada, lo sagrado surge sin más, pues no tiene que responder a
ninguna exigencia. La verdadera relación sagrada con este momento florece
cuando no esperamos que sea ninguna otra cosa. Es entonces cuando la belleza
hace explosión. Pero si esperamos lo más mínimo del momento, empezamos a
perdernos la belleza. Nuestra petición distorsiona lo que podemos ver y
experimentar en nosotros mismos.
11. Busca dentro de ti y siempre encontrarás la Verdad. Eleva
tu conciencia y mantén la calma. Serena todo tu ser, tu corazón, tu mente y tu
alma. En esa calma encontrarás que tu conciencia se expande. Permítele que se
expanda y no le pongas restricciones. Vive el Espíritu, el Espíritu que está en
el centro de tu mismo ser. Tú eres el único que tiene la llave, solamente tú
puedes darle vuelta a esa llave, abrir la puerta y entrar. Si pierdes la llave,
la puerta permanecerá cerrada hasta que la encuentres. Nadie más puede hacer
esto por ti.
12. El secreto de la vida abundante, con su vigor, su alegría
y su paz inquebrantable, reside en encontrar el Centro Divino dentro de uno
mismo. En vivir en él y desde él, y no en la circunferencia exterior donde
están las turbaciones, los clamores y las discusiones… Estos elementos no son
sino la cáscara de la vida que debe alejar de sí quien quiera penetrar en el
Corazón Central de las cosas: en la propia Vida.
13. Salimos en busca de cosas externas pensando que van a
darnos felicidad, pero es a la inversa. Primero debes buscar la felicidad, la
paz y la visión interior y luego se manifestará todo en el exterior.
14. Desconocer eso que hay dentro de ti, eso que es inmutable
y desafía al tiempo de la muerte, es no conocer nada. Es jugar en vano con los
insustanciales reflejos del espejo del tiempo.
15. Cada cual habita una visión única y cada experiencia
individual de la conexión Divina es diferente. Tal vez tú describas tu
experiencia del despertar con las mismas palabras que otro, o acaso descubras,
al escuchar o leer las palabras de otra persona, que sus sentimientos describen
los tuyos. Sin embargo, el lenguaje apenas se aproxima a la esencia de la
experiencia. Y aunque muchas presuntas autoridades han salpicado el camino con
señales tranquilizadoras y reconocibles, la experiencia real es tuya y sólo
tuya. El lenguaje apenas alcanza a rozar la sensación de unidad con la propia
Divinidad.
16. Como es
el corazón, así es la vida. Lo interior
constantemente está convirtiéndose en lo exterior. Todo llega a revelarse. Lo
que existe en el corazón del hombre crea las condiciones de su vida. Sus
pensamientos florecen en acciones y sus acciones dan el fruto de su carácter y
de su destino.
17. Lo sagrado es la presencia del centro en la periferia, de
lo inmutable en el movimiento; la dignidad es esencialmente una expresión de
ello, pues también en la dignidad el centro se manifiesta en lo exterior; el
corazón se transparenta en los gestos. Lo sagrado introduce en las actividades
una cualidad de absoluto, confiere a las cosas perecederas una textura de
eternidad.
18. No se llega a Dios añadiéndole al alma lo que creemos que
le falta, sino restándole lo que le sobra.
19. No tienes que alejarte de tú y yo para entrar en
conversación con tu alma y acceder a los misterios del mundo espiritual. Lo
eterno tiene un lugar… dentro de ti.
20. La VERDAD es algo personal. No tiene nada que ver con
ninguna religión, con ningún grupo, con ningún individuo. No se encuentra en
ninguna iglesia, ni en ninguna religión organizada.
21. Haciendo el bien, nutrimos la planta divina de la
humanidad. Difundiendo la belleza, esparcimos las semillas de lo Divino.
22. Al hablar debes saber que hablas para ti mismo. Tu verdad
no puede ser la verdad de otro, pues cada cual percibe la vida a través de una
lente que ofrece una visión adaptada únicamente a sus ojos. Al encontrarnos con
las percepciones contradictorias de otro, tenemos la ocasión de contemplar -con
fascinación- esas diferencias. La percepción diferente del otro no invalida la
tuya, tan sólo añade la riqueza del contraste a la visión unificada del Uno.
23. El verdadero conocimiento viene acompañado de modestia y
de silencio.
24. Para ser feliz, el hombre debe tener un centro; ahora
bien, ese centro es ante todo, la certeza del uno. La mayor calamidad es la
pérdida del centro y el abandono del alma a los caprichos de la periferia. Ser
hombre es estar en el centro; es ser centro.
25. La verdad no se puede explicar o describir. La verdad Es.
Su belleza no puede expresarse con palabras. Si ello fuera posible se
destruiría y en consecuencia, ya no sería la verdad.
26. Anhela algo y lo conseguirás. Renuncia al anhelo y el
objeto te seguirá por sí solo.
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