LOS PROBLEMAS ACTUALES DEL ESTRÉS ASÍ COMO SUS CONSECUENCIAS
LA DEPRESIÓN EL INSOMNIO Y EL NERVIOSISMO POR LAS PREOCUPACIONES
COTIDIANAS...CASOS QUE LOS ACUPUNTORES PUEDEN SOLUCIONAR O ENCAMINAR A
SOLUCIONES REALES DE LOS CONFLICTOS PSICOLÓGICOS GENERALES...
Para la medicina china, la salud física y mental depende del
equilibrio de nuestra energía. Cuando ésta se desorganiza, el cuerpo pierde su
armonía y su correcto funcionamiento.
La medicina china utiliza la acupuntura para ayudar al cuerpo
a reencontrar su equilibrio y colaborar en su curación. Con este fin, se
colocan agujas en puntos que se encuentran en canales por donde es posible
conectarse con nuestra circulación energética y a modo de llaves de un gran
tablero, corregir el fluir de lo que los chinos llaman Chi (energía vital).
A partir de una visión integradora de la persona, junto con
la acupuntura utilizo varías disciplinas -como la homeopatía, fitoterapia,
terapia neural, medicina ortomolecular- para abarcar de la mejor manera la
problemática de cada paciente.
·
Acupuntura
para el tratamiento del dolor
Las investigaciones han demostrado que la acupuntura puede
aliviar el dolor. Los investigadores no comprenden en su totalidad el efecto de
la acupuntura pero se cree que podría ayudar a la actividad de los químicos que
alivian el dolor del cuerpo. También podría afectar la manera en la que se
liberan las sustancias químicas que regulan la presión arterial y el flujo de
la sangre.
La acupuntura, la electroacupuntura y otras técnicas
relacionadas en el tratamiento del dolor son procedimientos de raíces
milenarias, que derivan de la medicina tradicional china. Los métodos que
habitualmente se emplean hoy en día bajo el término “acupuntura” son múltiples
y podemos encontrarlos descritos como:
Acupuntura: empleo de
agujas metálicas sobre puntos especiales de la piel.
Terapia de puntos gatillo: infiltración muy superficial de
puntos reactivos de la piel.
Electroacupuntura: aplicación
de corrientes eléctricas especiales sobre agujas de acupuntura.
Auriculoterapia:
estimulación de puntos reflejo del pabellón auricular.
Hoy en día la OMS promueve el desarrollo de la acupuntura,
tanto a nivel práctico, como de investigación. Los fundamentos de la acupuntura
tradicional están basados en una paleomedicina que se ha mantenido a lo largo
de siglos, por la constancia de sus efectos. Las teorías de la medicina china
son anteriores a la existencia del método científico y, por lo tanto, sus
métodos proceden de la observación y son empíricos. Según estas teorías, el
elemento principal de nuestra actividad física es el llamado Qi (energía), un
elemento no visible, próximo a nuestro sentido occidental de “fuerza vital”. El
Qi recorre todo el organismo a través de unos “canales” que, como no son
visibles, se denominan también “meridianos”.
Las agujas metálicas se insertan en puntos especiales de la
piel, que corresponden a los llamados canales o meridianos, por donde circula
la sangre y la energía. La acupuntura emplea agujas metálicas muy finas y
pulidas, de diferentes longitudes y calibres dependiendo de la zona que haya
que punturar. Son estériles y desechables. Las medidas varían desde media
pulgada, hasta 8 y 10 pulgadas. Lo normal es manejar agujas de entre 1 a 3
pulgadas.
En una sesión normal, se suelen emplear de 10 a 12 agujas.
Tras la inserción, que es prácticamente indolora, se procede a la manipulación
acupuntural, que básicamente son movimientos de vaivén y rotación, hasta que
los tejidos impiden seguir rotando. Estos movimientos buscan provocar la
llamada “sensación acupuntural”, también llamada Deqi. Tras la obtención de
esta sensación, se realizan maniobras repetidas sobre las agujas o bien se
estimulan eléctricamente o se calientan con una técnica denominada moxibustión.
Existen evidencias cada vez más abundantes sobre la eficacia
y seguridad de los tratamientos con acupuntura en el dolor crónico de
afecciones como:
Artrosis (gonartrosis)
Lumbalgia
Cervicalgia
Síndrome de dolor miofascial
Epicondilitis
Omalgia
Cefalea
Dismenorrea
Una sesión no supera por lo general los 40 minutos, y de
promedio basta con media hora. Hoy sabemos que estimulaciones muy repetidas y
mantenidas en el tiempo, de más de una hora, pueden desencadenar reacciones
contrarias a las buscadas (hiperalgesia).
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