Todos tenemos nuestros días malos, en los que nuestros
sentimientos de pesimismo y negatividad inundan todo. Para superar esos días, a
veces necesitamos estar en soledad y otras veces descargar en nuestra persona,
amigo o terapeuta, con el que compartir ese sentimiento. Es una situación
normal y cotidiana.
Con los que tenemos que tener cuidado es con los
llamados vampiros emocionales.
Seguro que conoces a alguna persona cuyo rasgo predominante es la negatividad y el
pesimismo. Son personas que viven instalados en la queja y el reproche y
que reciben todas las críticas y comentarios que les hacemos de forma
negativa. Tienen la capacidad de chupar toda tu energía positiva en tan solo 5 minutos de
conversación.
Se les llama Zombies o Vampiros emocionales pero no buscan
sangre, se alimentan de la energía de los demás y cuando terminan con una
víctima van en busca de otra.
Nuestro kit de Empatía 2.0
Queramos o no, los seres humanos venimos equipados de serie
con un kit de interconexión 2.0 más o menos grande y dotado de un buen puñado
de neuronas
espejo. Esto nos convierte en esponjas que absorben la carga
emocional de los demás. Por eso nos sentimos felices si nos rodeamos de gente
positiva, y tristes si estamos con personas negativas.
Me gusta pensar en la empatía es como la carpeta Dropbox de nuestra vida.
Si no conoces este programa, te diré que es una joya de la informática que he
descubierto recientemente y que almacena tus datos en la nube y los sincroniza
entre varios ordenadores, haciendo que estén siempre disponibles para trabajar
desde cualquier lugar.
Nuestro Dropbox
Empatía sincroniza postura, gestos, pulsaciones del corazón y
nuestras emociones. Todo lo que incluyamos en esta carpeta, se pondrá a
disposición de los que nos rodean de forma que vivirán un poco como nosotros y
sentirán nuestras emociones.
No todos tenemos la misma carga de empatía ni la misma
porosidad a la hora de absorber sentimientos. Las personas muy empáticas se sincronizan muy bien con los demás, son
seres emocionales y construyen unas relaciones sólidas, aunque son más
susceptibles al efecto vampírico.
Por el contrario, las personas menos empáticas son impermeables a los sentimientos de los demás,
no reciben ni las buenas ni malas vibraciones y su vida emocional es más o
menos plana. Se da la paradoja de que los vampiros emocionales suelen ser
poco empáticos, pero se aprovechan de nuestra empatía.
El problema viene cuando nos sincronizamos con un zombie
emocional y no arrastra al interior de su mundo negativo. Tras poco
tiempo de conversación, nos llevamos unsentimiento
parásito que condicionará nuestros actos durante las horas
siguientes. Es agotador y nos sentiremos como si nos hubieran dado una
auténtica paliza.
Además, a la vez que tumban nuestro estado de ánimo
alteran nuestro sistema inmunitario, haciéndonos más susceptibles a
contraer enfermedades de tipo infeccioso.
Por eso es tan importante
a nivel personal y laboral que nos rodeemos de personas entusiastas,
creativas e incluso optimistas. Al sincronizarnos con ellas, estaremos
absorbiendo todos estos sentimientos y nos sentiremos bien física y
emocionalmente. Son personas que te cargan las pilas y que aumentan
drásticamente tu productividad.
Transferencias unidireccionales de
energía
El que la transferencia de energía sea unidireccional podría
ser porque su sentimiento negativo es más poderoso que el nuestro, pero creo
que tiene más que ver con elgrado de
empatía individual.
Cuando se junta una persona centrada en sí misma y con una
falta casi total de empatía, con otra persona muy porosa y empática, se produce
una transferencia de
energía unidireccional hacia el vampiro, dejando en el huésped
un sentimiento de vacío y agotamiento. Es como un virus troyano que se
aloja en nuestro sistema y nos descarga la batería en pocos minutos.
Además, esa energía absorbida es usada para cambiar su forma
de pensamiento, sino para retroalimentar todavía
más sus sentimientos negativos e ir en busca de una nueva víctima.
Aprendiendo a prevenir, combatir o
mitigar a los Zombies Emocionales
No siempre podemos elegir a las personas que nos rodean y
muchas veces nos tocará lidiar con este tipo de gente, con lo que es
fundamental que estemos preparados para minimizar todo lo posible sus efectos
devastadores.
Partimos de la premisa de que no debemos combatir la recepción de sentimientos por el hecho de ser
negativos.
Nuestro arsenal emocional necesita albergar todo tipo de
sentimientos. Los negativos hacen que valoremos las cosas en su justa
medida y sintamos las emociones positivas correctamente. Además, ciertos
sentimientos como el miedo o la frustración nos ayudan a superarnos día a día.
Todos necesitamos nuestra dosis de sentimientos negativos,
aunque de una forma adecuada, sin caer en los excesos. Lo que si podremos controlar
es la intensidad del sentimiento y el tiempo que se quede con nosotros. A los que de verdad debemos prevenir,
combatir o mitigar es a los zombies emocionales.
Lo ideal sería tener una membrana semipermeable que dejara
pasar los sentimientos positivos y nos aislara de los negativos. Esta membrana
se puede conseguir, pero hay que trabajar un poco.
1. Aislamiento
En primer lugar, debemos ser conscientes del problema y estar preparados para saber
reaccionar ante la llegada del chupa-energía.
Si sabemos que un zombie emocional se aproxima a nuestro
campo de influencia o empezamos a conversar con uno y detectamos sus
vibraciones negativas, entraremos
en modo de alerta y podremos adoptar nuestra actitud defensiva.
Ser conscientes de esta situación y de nuestros sentimientos
nos ayuda a estar preparados y adoptar
una postura asertiva ante el sentimiento negativo. De esta forma,
podremos cerrar selectivamente nuestros poros emocionales y evitaremos el
contagio.
Sería actuar de la misma manera a como lo hacen psiquiatras y
psicólogos, que adoptan una posición de observación y escucha, sin dejarse
arrastrar por el problema.
2. Contraataque
La mejor defensa puede ser un buen ataque, por lo que podemos usar sus mismas tácticas y
contrarrestar sus sentimientos negativos a través de los nuestros positivos,
para intentar contagiarles nosotros a ellos.
Es algo que pienso intentar con el próximo vampiro que me
encuentre, aunque a priori se antoja bastante complicado (los expertos en este
tipo de ataques son ellos…)
3. Control de daños
Si aún así nuestras defensas fallan y nos sentimos inundados
por la bajada de energía y los sentimientos negativos, todavía podemos hacer
algo. Llegados a este punto, nuestro objetivo sería minimizar el tiempo que está alojada la emoción
parásita.
El mejor modo es nuevamente mediante la toma de conciencia de
que nuestro sentimiento no es propio, sino adquirido. Es lo que Daniel
Goleman llama laconciencia emocional,
elemento clave dentro de la inteligencia emocional. De esta forma será más
fácil que podamos aislar y eliminar el sentimiento.
4. Reactivación del sistema
Para hacer desaparecer el sentimiento negativo, debemos poner a nuestro cerebro a trabajar en otros
asuntos. Realizar actividades que nos distraigan como hacer deporte, ver
una película o leer un libro, etc. Evitaremos hacer cosas que permitan revivir
el pensamiento, como puede ser dar un paseo.
Finalmente,
podemos aprovechar nuestra capacidad esponja que nos ha llevado a ese
estado y usarla a nuestro favor. Todos conocemos a personas entusiastas de la
vida, que rebosan energía por los cuatro costados. Quizás es el momento de
pasar un ratito con ellos para que nos recarguen las pilas .
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