MENOPAUSIA
Los
síntomas físicos de la menopausia varían de una mujer a otra, así como la edad
de aparición, que aunque suele ser en torno a los 50, puede adelantarse. Te explicamos
cuáles son las señales para saber si lo que te ocurre es el fin de la etapa
fértil.
Los síntomas
físicos de la menopausia no siempre son percibidos por todas
las mujeres. Sobre todo, si estos se presentan de forma precoz, cuando apenas
se tienen 40 años. Experiencias como mujeres menopáusicas y en el
que se ofrecen consejos para afrontar con humor una etapa
crucial en la vida de todas las mujeres. Y es que, tal como describe esta trayectoria
que percibe el sexo femenino, cuando se supo que "ya estaban en ese
momento" tuvieron que tomar una decisión: hacerse amiga ya que sabía que
"ya nada iba a ser igual y que no sería nada sano guardarle rencor a la
pobre prematura". Así que muchas mujeres decidieron agarrarse de su mano y
disfrutar al máximo de esta época, sin lamentaciones. Aunque se confiesa, la
menopausia también le “hace llorar mucho y ha hecho sentirse en una
montaña rusa emocional de ciclo premenstrual perpetuo".
Síntomas físicos de la menopausia
La
menopausia es un proceso natural en la vida de la mujer. Ocurre debido a
una caída brusca de los estrógenos –las hormonas femeninas- a
causa del cese permanente de la actividad folicular ovárica (han de pasar 12
meses sin menstruaciones para que se considere menopausia). El periodo previo
se denomina perimenopausia. Es durante este tiempo cuando comienzan los cambios
biológicos, endocrinos y clínicos de transición a la menopausia, es decir, al
fin de la vida fértil. Este periodo, que se conoce como climaterio, puede durar
años.
Los sofocos son los síntomas físicos más temidos por muchas
mujeres. Se trata de una sensación de calor que surge en el pecho y
se irradia hacia el cuello y cara, y que puede acompañarse de intensa sudoración.
Normalmente duran unos minutos, aunque pueden ser más prolongados. Durante la
noche, aparecen como intensos episodios de sudoración que llegan a interrumpir
el sueño y causar insomnio. A ellos también puede asociarse fatiga y dificultad
en la concentración. La cafeína, el alcohol, el tabaco y las comidas
picantes o muy especiadas pueden acentuarlos.
Otras señales son:
- Dolor de cabeza. También es frecuente que
aparezcan o aumenten las jaquecas y migrañas. Suele deberse a las
fluctuaciones hormonales. Los expertos aconsejan llevar un control de
cuándo se manifiestan para poder prevenirlas.
- Cambios vaginales. Debido a la caída de los
estrógenos, hay mayor sequedad y menor lubricación. Esto hace que las
relaciones sexuales se vuelvan más dolorosas. Existen cremas y suplementos
de estrógenos que pueden ayudarte.
- Dolor de huesos. La pérdida de estrógenos
acelera la aparición molestias óseas y articulares. En esta patología, el
cartílago se desgasta y ocasiona el roce entre hueso y hueso lo que
ocasiona mucho dolor. Si no se pone remedio, el hueso se lesiona y la
paciente acabará necesitando una prótesis
- Pérdida de concentración y
de memoria. La fluctuación hormonal
también puede ser la responsable, así como la dificultad para dormir o los
cambios vitales que se producen en esta etapa. Sin embargo, es aconsejable
consultarlo con el médico.
ARTROSIS Y MENOPAUSIA
El 80% de las mujeres con menopausia sufre
algún dolor articular, y de éstas, el 50% lo reconoce como intenso o
insoportable.
Menopausia precoz
Algunos de
estos síntomas pueden sufrirlos mujeres de 40 años, incluso más
jóvenes, y no los relacionan con la menopausia hasta que su ginecólogo, en una
revisión, sospecha que es la causa de la baja reserva ovárica, de los síntomas
de irritabilidad y altibajos emocionales o del cese de la menstruación.
La causa
exacta se desconoce pero se sospecha que está relacionada con alteraciones genéticas
y hereditarias, cromosómicas (síndrome de Turner), infecciosas (por ejemplo, la
varicela o el paludismo) o autoinmunes (como la artritis reumatoide). Asimismo,
según recuerdan los expertos de las clínicas AVA, “el climaterio puede
adelantarse por tabaquismo, contacto continuado con químicos, extrema
delgadez o estrés”. Algunos tratamientos como la
radioterapia, quimioterapia o tratamientos hormonales también propician la
menopausia precoz.
La menopausia y la hipertensión
Hay una
etapa en la vida de la mujer especialmente complicada desde el punto de vista
cardiovascular: la menopausia. En esta época se incrementa el riesgo de padecer
problemas circulatorios y coronarios, tal y como queda demostrado en diferentes
estudio
La dieta en la menopausia
Cuidarse en
la menopausia es esencial y, sobre todo, si esta es precoz. Y esto pasa por
cuidar al máximo lo que se come y el ejercicio físico que se realiza. Debido
a la fluctuación hormonal, el descenso de estrógenos y los cambios metabólicos,
durante esta etapa la mayoría de las mujeres tienden a ganar
grasa corporal. “Se estima que la mujer gana de media en torno a los 5
kilos durante la menopausia”, señala la doctora Milagros Martínez, del Hospital
Universidad General de Catalunya. Esta grasa tiende a distribuirse en el
abdomen. Ello propicia la aparición del síndrome metabólico, en el que hay
mayor riesgo de hipertensión, diabetes tipo
2 y de
problemas de corazón.
Por ello, es
fundamental revisar la dieta global y asegurarse de que sea equilibrada y
abundante en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y pescado. Se
sigue recomendando realizar varias ingestas al día, por ejemplo, cinco, así
como cenar ligero y nunca justo antes de ir a dormir. Estos son los nutrientes
básicos durante esta etapa:
- Calcio. Es necesario ingerir 1.000
mg de calcio al día mediante el consumo de productos lácteos. Ayuda a
prevenir el riesgo de osteoporosis, que aumenta con la caída brusca de los
estrógenos que ocurre en la menopausia.
- Vitamina D. Importante para fijar el
calcio en los huesos. Aunque su déficit también se ha relacionado con
otras enfermedades como el cáncer de mama. La fuente fundamental es el
sol. Pero el salmón, el atún en conserva, el huevo y algunos alimentos
fortificados la contienen.
- Vitamina B6. Puede ayudar a aliviar la
hinchazón que se produce durante esta época así como las fluctuaciones del
estado de ánimo. La encuentras en la carne, como la de ave, los frutos
secos y verduras de hoja verde.
- Vitamina E. Tómalo en semillas como
las de calabaza o las de girasol. Es importante para reducir el daño de
los radicales libres. También puede ayudar a aliviar los
sofocos.
- Vitamina C. Aporta un plus de
antioxidantes. Hay muchos alimentos que la contienen, además de los
cítricos. Por ejemplo, el perejil, el brócoli, pimiento, tomates...
- Fibra. Mejora el tránsito intestinal
y combate el estreñimiento, que pueden darse en la menopausia. La
obtienes en numerosos alimentos: alimentos integrales, frutas, verduras,
legumbres…
- Omega 3. Previenen problemas
cardiovasculares, regulan el estado de ánimo y pueden reducir la aparición
de sofocos. Los encontrarás en el pescado azul y en los frutos secos como
las nueces.
- Soja. La soja es una planta rica
en isoflavonas, unas sustancias que poseen una estructura química que les
permite actuar en los mismos lugares que los estrógenos, las hormonas
femeninas y contribuir al balance hormonal previniendo la osteoporosis o,
incluso, el cáncer de mama. En cualquier caso, consulta con tu médico
sobre tu necesidad particular de consumir soja o si puede ser perjudicial.
Si se ha sufrido un cáncer hormonodependiente, como el de mama, antes de
la menopausia, puede contraindicar el consumo de esta legumbre.
La
menopausia es, no hay duda, un momento complicado en la vida de la mujer. Son
muchos los cambios que experimenta y muchos los nuevos problemas que afronta,
tanto físicos como emocionales. La importancia de llevar una dieta equilibrada
en este periodo es fundamental, sobre todo en lo que se refiere al calcio y la
vitamina D, protagonistas indiscutibles para evitar la aparición de la
osteoporosis, el tipo más común de afectación ósea. Así lo ha puesto de
manifiesto el Dr. Javier Haya Palazuelos, jefe del Servicio de Ginecología del
Hospital General Universitario de Ciudad Real, durante el XXXII Congreso
Nacional de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), celebrado
en Santa Cruz de Tenerife.
Irritación e insomnio
Otros de los
síntomas típicos son la irritabilidad en la menopausia y la
sensación de vulnerabilidad, fragilidad e inestabilidad emocional. Una vez más,
podemos culpar a la caída en picado de los estrógenos como responsables de esta
montaña rusa de sentimientos y sensaciones. Estas hormonas influyen en el
correcto funcionamiento del sistema nervioso central. Por tanto, su descenso
provoca alteraciones en este.
Por otro
lado, no hay que olvidar que la menopausia, en el caso de producirse alrededor
de la quinta década de la vida, puede coincidir con otras circunstancias que
pueden alterar el estado de ánimo como, por ejemplo, la partida de los hijos,
la pérdida o cuidado de los padres o la sensación de soledad. Todo ello puede
aumentar el riesgo, no solo de sufrir una mayor irritabilidad y problemas
para dormir, sino también de depresión.
En este
caso, es importante recordar que es el médico el que debe recomendar el
tratamiento más adecuado para cada mujer. Si hay depresión, es posible que se
prescriban antidepresivos y terapia. Si solo aparecen cambios de humor y
problemas para dormir, la terapia hormonal sustitutiva, siempre que
no esté contraindicada, puede mejorar estos síntomas.
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