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POR QUE CAPACITARSE EN REIKI

El “REIKI” es una práctica de sanación milenaria que significa:“ENERGÍA VITAL UNIVERSAL”.Es un sistema bioenergético, de armonización integral, ya que actúa en los planos físico, mental, emocional y espiritual.
El “REIKI” es una poderosa herramienta en el trabajo de autosuperación y autoconocimiento, en la búsqueda de equilibrio e integración co nosotros mismos y hacia los demás. Es decir un cambio fundamental de vida, en equilibrio, armonía y bienestar.

12.3.19

LISTADO DE HIERBAS MEDICINALES PARA CADA DOLENCIA O AFECCIÓN



Tabla de Enfermedades u órganos afectados y hierbas para su tratamiento natural con Fito-terapia.



Infusión de manzanilla
Artritis
Saúco, tanaceto, Malva.
Eructos
Poleo
Anemia
Artemisia, cola de caballo, baños con mejorana y Romero, albahaca, dientes de ajo.
Arterioesclerosis
Cola de caballo
Asma
Perifollo, mentahinojo.
Bazo
Perejil, diente de Leon.
Vejiga
Artemisia, verdolaga, cola de caballo, perifollo, Malva
Boca (mal aliento)
Menta, hierba limón, albahaca, llantén.
Bronquitis
Verdolaga, cola de caballo, saúco, bardana.
Cabeza
Lavanda, Boldo, manzanilla, consuelda, menta, ajenjo.
Cabello
Romero, lavanda, Aloe Vera, manzanilla, albahaca, salvia, bardana.
Cálculos
Perejil bardana, diente de León
Calmante
Romero, lavanda, manzanilla, albahaca, hinojo.
Cáncer
Consuelda (leucemia), perejil
Cansancio
Mil en Rama.
Flema
Mil en Rama.
Paperas
Hierba limón.
Cistitis
Cola de caballo.
Picazón (urticaria)
Aloe Vera.
Cólico hepático
Limoncillo, menta.
Artemisa, ajenjo.
Calambres
Cola de caballo, menta, ajenjo, hinojo, mejorana.
Colitis
Malva.
Convulsiónes
Artemisia
Contusión
Bálsamo
Corazón
Romero, consuelda, salvia, bardana.
Cortes
Cola de caballo, consuelda.
Tos ferina
Romero, lavanda.
Dientes
Hinojo salvia, menta, hierba de limón, malva,
Depresión
Romero.
Limpiador de la sangre
Cola de caballo, perifollo, consuelda, llantén, bardana, diente de León
Diabetes
Mil en Rama, perejil, llantén, poleo, hinojo.
Digestión
Romero, lavanda, arándano.
Enfermedades venéreas
Mil en Rama, Perejil, llantén.
Dolor en General
Manzanilla, consuelda, salvia.
Eczemas
Aloe Vera.
Migrañas
Lavanda, bálsamo, perejil.
Epilepsia
Artemisia.
Estómago
Boldo, perifollo, limoncillo, manzanilla, albahaca, mil en Rama, menta poleo, llantén.
Heridas
Romero, bardana, llantén.
Hígado
Boldo, verdolaga, Perejil, diente de león.
Debilidad
Lavanda, Boldo, ajenjo, albahaca, mil en Rama, diente de león.
Sabañones
 Aloe Vera.
Forúnculos
Aloe, malva, saúco, bardana, llantén.
Garganta (amigdalitis)
Lavanda, cola de caballo, albahaca, malva, salvia, llantén.
Gases
Lavanda, mejorana, Boldo, hinojo, menta poleo.
Gastritis
Consuelda, bardana.
Gota
Lavanda, mil en Rama, saúco, bardana, diente de León.
Gripe
Manzanilla, cebollas verdes, limoncillo, mejorana.
Sangrado
consuelda, cola de caballo, llantén.
Hemorroides
Mil en Rama, bardana.
Hepatitis
Boldo, consuelda.
Histeria
Romero, limoncillo, mejorana.
Ictericia
Artemisia, bálsamo, perejil.
Impotencia
llantén.
Insectos (picaduras de insectos)
Cebollino, perejil, salvia.
Insomnio
Boldo, menta, mil en Rama, poleo.
Intestinos
Hierba limón, Malva.
Intoxicaciónes
Nirá.
Lactancia
Verdolaga, menta, perifollo, perejil  diente de león.
Náuseas
menta, ajenjo, poleo, hinojo.
Obesidad
Ajenjo, saúco, malva, perejil.
Ojos
Romero,  verdolaga, saúco, cola de caballo, manzanilla, perifollo, bálsamo de limón, perejil
Huesos rotos
Consuelda.
Orejas
hinojo.
Ovarios
llantén.
Páncreas
diente de león.
Piel (acné, manchas, granos, espinillas)
Consuelda, perifollo, Malva, saúco, bardana. Aloe
Pesadillas
Hierba Melisa
Piojos
Alcanfor, Perejil.
Presión arterial alta
Perejil.
Estreñimiento
Malva, saúco, bardana.
Pulmón (problemas respiratorios)
Poleo, salvia, llantén.
Quemaduras
Áloe, verdolaga, consuelda, bardana.
Frío
Mejorana, salvia, poleo, baya del saúco.
Reumatismo
Lavanda, Artemisia, Boldo, perifollo, limoncillo, mejorana, mil en Rama, bardana, diente de león.
Riñones
Verdolaga, Artemisa, cola de caballo, albahaca.
Sarna
Romero
Senos
Perifollo, perejil.
Mareo
Lavanda.
Tortícolis
Mejorana.
Tos
Lavanda, limoncillo, albahaca, menta, malva, poleo, salvia, hinojo.
Tuberculosis
Cola de caballo, consuelda.
Úlcera
Bálsamo, cola de caballo, consuelda.
Orina
Lavanda, verdolaga, cola de caballo, perifollo, consuelda (sangre en la orina), albahaca, perejil, bardana, hinojo.
Útero
llantén.
Artemisa, menta, manzanilla.


PLANTAS MEDICINALES ORDENADAS ALFABÉTICAMENTE
A
Abedul hojas: Aparato respiratorio, obesidad, artritis, ácido úrico, colesterol, hipertensión.
Abrótano: Aparato digestivo, menstruación, cabello.
Acedera: Trastornos digestivos, úlceras, estreñimiento, hemorroides, falta de apetito.
Achicoria: Favorece la digestión, anemia, insuficiencia hepática, circulación.
Agrimonia: Dermatitis pruriginosas, antialérgica, faringitis, ronquidos, migrañas.
Ajedrea: Trastornos del intestino, aumenta la vitalidad sexual, energizante.
Ajenjo cribado: Adelgazante, desintoxicarte natural, picores, halitosis, dolores de muelas.
Albahaca: Problemas nerviosos, anti-vomitiva, llagas, problemas bucales.
Alcachofera: Insuficiencia hepática, problemas del hígado, aporta hierro y vitamina B.
Alcaravea (semillas): Hemorroides, hinchazón de vientre, estimulante de la leche materna.
Alholva (semillas): Hipertensión, anemia, debilidad, aumenta la masa muscular.
Algas: Fuente de vitaminas y minerales.
Aloe Vera: actúa como laxante, anti ulceroso, protector del tejido hepático; también es un antiasmático, y muy eficaz como cicatrizante si se lo aplica sobre la piel.
Amapola: Sedante, insomnio, nerviosismo, bronquitis, tos.
Angélica (raíz): Estimulante, tónica, equilibrio del sistema nervioso, indicada para múltiples dolencias.
Anís (grano cribado): Reduce hinchazón, gases, acidez, digestiones pesadas, enfermedades respiratorias.
Apio (semillas): Problemas de afonía, cicatrizante, llagas, muy bueno para las arritmias, nerviosismo.
Arándano: Reduce el contenido de glucosa en sangre, diabetes.
Arenaria: Diurético, desintoxicarte.
Árnica (flor): Golpes y problemas en la piel, musculares, esguinces, estrías, antibacteriana.
Arraclán/Fragula (corteza): Funcionamiento del hígado y bazo, estreñimiento en embarazo.
Artemisa: Dolores menstruales y pos-parto, regula la menstruación.
Avena sativa: Afrodisíaco, fertilidad, diurético, muy energizante.

Azahar (flor): Relajante, insomnio, tranquilizante, anemia, cansancio, vitamina C.

B
Bardana (raíz): Antibiótico, antiséptico, cistitis, antibacteriano, depura la sangre.
Boldo: Antioxidante, reparador de hígado y vesícula, digestivo.
Bolsa de pastor: Regula el flujo menstrual, várices.
Borraja: Depurativa, sudorífica, expectorante, buena para catarros y tos.
Brezo (flor): Vías urinarias, gota, edemas, hipertensión, encías sangrantes (gingivitis).
Bugambilia: afecciones respiratorias, como tos, bronquitis, asma y gripe, entre otras.
C
Caléndula (flor): Anti inflamatorio, quemaduras e irritación de piel, úlceras e infecciones.
Cantueso: Problemas estomacales, digestiones pesadas, ayuda a la expulsión de gases.
Cardamomo verde: Estimulante afrodisíaco, fatiga, fortalece el corazón, mejora la voz.
Cardo mariano (semillas): Protector y regenerador del hígado, exceso de alcohol, flujo biliar, leche materna, antidepresivo.
Cardo santo: Asma, herpes zóster, artritis, hígado, fiebres.
Carvi (semillas): Evita la secreción de gases intestinales, ventosidades.
Castañas de indias: Problemas de próstata, tonifica arterias capilares, várices, hinchazón de venas, celulitis.
Centaurea: Disminuye la cantidad de azúcar en sangre, orina, adelgazante.
Centella asiática: Piel bella, tonificada, celulitis, várices.
Cerezas (rabos): Elimina la retención de líquidos, regímenes de adelgazamiento.
Cilantro: Trastornos digestivos, eliminación de gases.
Coclearia: Purifica la sangre y combate el exceso de ácido úrico.
Cola de caballo: Piel bella, pelo y uñas, celulitis, huesos fuertes, regenerador celular.
Cominos: Diurético, problemas de reuma.
Copalchi (corteza): Tratamiento de la diabetes, febrífugo, gripe y resfriados.
Cúrcuma (raíz): anti inflamatorio, artritis hígado, elimina sustancias cancerosas, psoriasis, hongos.
Cúrcuma molida: Piedra riñón.
D
Damiana: Afrodisíaco, impotencia, eyaculación precoz, frigidez, depresión, agotamiento, vaginismo.
Diente de león: Piedra riñón.
E
Eleuterococo (raíz): Preparación de exámenes y concentración intelectual, ejercicio y resistencia, estimulante del sistema nervioso.
Encina (cortezas): Inflamación de intestino, diarrea, eccemas, anginas, faringitis, heridas, sangrado.
Enebro (bayas negras): Eliminan el dolor de cabeza, jaqueca, cálculos en el riñón.
Equinácea: Aumenta las defensas del cuerpo, muy útil para los herpes labiales.
Escaramujo (frutos): Para personas que necesitan calcio, ideal para disolución de grasas.
Espino blanco: Todo tipo de problemas de corazón, hipertensión, antioxidante.
Estragón: trastornos digestivos, estimula el apetito, elimina las lombrices intestinales.
Eucalipto: Enfermedades de vías respiratorias, asma, expectorante, bronquitis, tos, gripe, anginas.
F
Frambuesa: Garganta, llagas en la boca, encías, dermatitis, dolores menstruales.
Fresno: Adelgazante, muy bueno para curar y quitar verrugas.
Fresa: Artritis, gota ,colesterol.
Fucus: Obesidad, celulitis, retención de líquidos, colesterol, gota.
Fumaria: Granos, acné, llagas, lesiones en la piel, urticaria, tónico facial.
G
Gayuba: Cistitis, infecciones urinarias.
Genciana (raíz): Combate debilidad, ayuda a restablecerse después de una enfermedad, sistema inmune.
Ginkgo biloba: Antioxidante, atención y memoria, estimula el rendimiento, mejora la circulación en piernas, cabeza, corazón, Alzheimer, Parkinson, impotencia, depresión, resaca.
Ginseng (raíz): Insomnio, cansancio, fatiga crónica, neutraliza el estrés, incrementa la capacidad mental y la memoria, colesterol, azúcar en sangre, diabetes, sistema inmune, cáncer, afrodisíaco, impotencia y flacidez.
Gordolobo: Bronquitis, tos, dolor de garganta, catarro, analgésico, antiviral.
Grama (raíz): antiséptico, anti inflamatorio en infecciones y cálculos urinarios, gota, artritismo, celulitis.
Grosellero negro: Disminuye la inflamación de las articulaciones y calma el dolor, reduce la inflamación de la gota, circulación de la sangre.
H
Hamamelis: Rico en taninos y flavonoides, várices, aparato circulatorio, dolor de piernas, moratones, cuidado del cutis.
Harpagofito (raíz): Dolores reumáticos, articulaciones, artrosis y artritis.
Herniaria: Cistitis, uretritis, tenesmos vesicales, litiasis urinaria, neuralgia, reuma, gota.
Hibisco (flor): Cuidados de la piel, fortalece las raíces del cabello, afrodisíaco, aparato respiratorio.
Hierbabuena: Digestiva, propiedades tónicas, estimulante del organismo.
Hierbaluisa: Útil para expulsar gases, digestión, estómagos débiles y nerviosos, relajante, mal aliento.
Hinojo (semillas): Reduce el colesterol, antioxidante, obesidad, impotencia y afrodisíaco.
Hipérico: Acidez, úlceras, diarreas, anti cancerígeno, analgésico, menstruación.
Hisopo: Asma, catarro, tos, trastornos respiratorios.
I
Incienso (lágrimas): Tratamientos psíquicos, paz interior y meditación.
J
Jengibre (raíz): Anti vomitivo, mareos, embarazo, bueno para el corazón y aparato circulatorio, síndrome de fatiga crónica, sinusitis.
Judías (vainas): Adelgazante, antioxidante, celulitis, artritis, enfermedades cardiovasculares, rico en fibra.
L
Laurel: Arterioesclerosis, reuma, bronquios, gripe, aparato respiratorio.
Lavanda: Digestiva, eliminar la ansiedad, ahuyentar los insectos, combatir los malos olores, cicatrizante, dolores de cabeza.
Lavandin (flor): Vías respiratorias, vértigos, diarreas, digestiones lentas.
Lemon grass: concentración y memoria, cosmética, digestivo, hipotensor, hipoglucémico, azúcar, blanqueado de dientes.
Levístico (raíz): Digestivo en casos de escasez de jugos gástricos, carminativo, regula la menstruación.
Limón (corteza): Rico en vitamina C, obesidad, edemas, resfriados, hipertensión.
Lino amarillo (semillas): Rico en omega 3, anti cancerígeno, antioxidante, piel bella, corazón.
Liquen de Islandia: Bronquitis, tos, muy bueno para el resfriado común, faringitis, laringitis.
Llantén: Dolor de garganta, afonía, voz ronca, llagas de la boca, diarrea.
Lúpulo de cono: Sedante, tranquilizante, nerviosismo, insomnio, rigidez muscular, aumenta la producción de las hormonas femeninas (buen afrodisíaco femenino).

M
Macis: Carminativo, estimulante.
Maíz (estigmas): Contiene taninos, baja el colesterol, hipoglucémico, diurético.
Malva (flor): Llagas, úlceras, lesiones en la piel, sequedad ocular, afonía, ronquera.
Malvavisco: Golpes, moratones, quemaduras, granos, congelaciones, esguinces, artritis, picaduras, picor de piel.
Manguey: puede ser útil en afecciones como la gota, el reumatismo, la artritis, etc. También es depurativo y si se usa de modo externo puede aliviar daños en la piel.
Manzanilla (flor): Digestiva, úlcera, gastritis, colesterol, sinusitis, anti cancerígena, espasmos en la menstruación.
Marrubio blanco: Estimulante del apetito, aumenta la actividad hepática, enfermedades de las vías respiratorias.
Mastuerzo/Lepidium: Estimula el metabolismo y la actividad de los riñones, fortalece el estómago y la vesícula biliar, reuma y gota.
Mate (yerba): Estimulante, elimina la fatiga, actividad mental y física, defensas, circulación, problemas de vejiga.
Mejorana: Digestiva, antiséptico, sedante, afecciones respiratorias, antioxidante.
Melisa: Problemas nerviosos, estrés, angustias personales, insomnio, taquicardias y espasmos musculares.
Menta piperita: Digestiva, hinchazón de vientre, problemas estomacales, mal de altura, dolores y tensiones musculares.
Milenrama (flor): Mejora la memoria, menopausia, hipertensión e inflamación de venas, varices, granos, uñas.
Mostaza amarilla (grano): Alto contenido proteico y de minerales, posee propiedades antisépticas y digestivas.
N
Naranjo: Circulación, posee minerales, vitamina C, resfriado común, rica en potasio y fósforo.
Nogal: Tratamiento de eccemas y diversas enfermedades de la piel, también es un buen remedio para la diarrea.
O
Olivo: Hipertensión, taquicardia, aumenta el colesterol bueno, antiviral, antibiótico.
Orégano: Antioxidante, circulación.
Orozuz (raíz): protege al estomago, esófago, y al intestino delgado de la acidez estomacal, estimula la reparación de la mucosa gástrica y disminuye el riesgo de úlceras del intestino delgado. También tiene efecto antiinflamatorio y antialérgicos,
Ortiga blanca: Tos, bronquitis, faringitis, actúa en el epíteto bronquial aumentando las secreciones bronco alveolares.
Ortiga verde: Piedra riñón, artrosis.
Ortosifón: Favorece la eliminación de agua, sales y nitrógeno, tratamiento depurativo, gota.
P
Parietaria: Diurético muy eficaz, piedras o arenilla en los riñones.
Pasiflora: Sedante del sistema nervioso, contiene mantol (miorrelajante), hipertensión, taquicardias, insomnio.
Pebrella: Catarros, tos, afecciones de garganta, gases.
Perejil: Diurético, acumulación de agua en el cuerpo, muy útil para evitar la formación de piedras en el riñón, mal aliento, propiedades cardíacas, flatulencias.
Pino Yemas: Antiséptico, fluidificante de los bronquios, anticatarrales.
R
Rabogato: Úlceras gastruodenales, gastritis, cura heridas con rapidez, propiedades antibióticas ,anti inflamatoria.
Regaliz (raiz): Acidez, úlceras, llagas en la boca, digestiones pesadas, tabaquismo, protector del hígado, hepatitis B, alcoholismo, cirrosis, antivírico, gripe, herpes labial, fatiga crónica, estimulante, afrodisíaco natural.
Roble (corteza): Incontinencia urinaria, reduce el exceso de líquidos en el intestino, ayuda a curar la gastritis actuando sobre la mucosa gástrica inflamada.
Romero: Ayuda a superar las afecciones del hígado, enfermedades respiratorias, dolores musculares, Alzheimer, mejora el cabello, tónico natural.
Rosa (flor): tonifica la pieles bueno sobretodo para pieles grasas, muy utilizada e masajes relajantes, es un laxante suave.
Ruda: destacan sus propiedades para aliviar el estreñimiento y mejorar el sistema digestivo; es sedante, ayuda a aliviar los dolores menstruales y también mejora el sistema circulatorio.
Ruibarbo raíz: Remedio eficaz para la diarrea y para limpiar el colon, es un purgante suave del intestino.
Ruscus/Xilbarba/Rusco: Tratamiento para las hemorroides y várices.
S
Salvia (cogollos): Mejora la memoria, Alzheimer.
Sanguinaria (flor): Eficaz para disminuir la presión de la sangre.
Sauce (cortezas): Inhibe y tranquiliza el exceso de deseo sexual de los hombres y las mujeres, verrugas, problemas de piel, callos y juanetes.
Sauco (flor): Alivia la tos, problemas gripales, fiebre, previene resfriados, en forma de vapor alivia la otitis.
Sen: Laxante natural.
T
Tilo (flor): Insomnio, estrés, nervios en la boca del estómago, problemas físicos de naturaleza nerviosa.
Tomillo: Estimulante del apetito, antimicrobiano, antiséptico, digestivo, expectorante.
Travalera: Conocida como insulina vegetal, es usada para tratamientos de diabetes (reduce el azúcar en sangre).
Trébol de agua: Muy utilizada para problemas de anorexia.
U
Uña de gato: Enfermedades en las vías urinarias renales, heridas de difícil curación, sistema inmune, antiviral, herpes, útil en el tratamiento del cáncer.
Ulmaria plantaulan: Favorece la eliminación de cálculos renales, tiene un efecto anticoagulante.
V
Valeriana (raíz): Efecto relajante en situaciones de estrés e insomnio.
Vara de oro/Solidago: Insuficiencia renal, diurética, diarreas, hipertensión.
Verbena: Fortalece el sistema nervioso, estrés, depresión, melancolía y dolores de cabeza.
Vid roja: Mejora la circulación cerebral, circulación de las piernas, detiene la pérdida de visión en los ojos (cuando está asociada a la mala circulación).
Z
Zarzaparrilla (raíz): Depurativa, adelgazante, elimina toxinas de la sangre, ácido úrico, grasa corporal, estimula la eliminación de líquidos.

Fuentes:
Medicina Natural Alternativa
Mejor con Salud
La botica del señor

10.3.19

EL SABIO

EL TIEMPO PASA, NADIE LO PUEDE FRENAR, POR ESO VIVE EL HOY, QUE EL PASADO FUE Y EL FUTURO LO VAMOS ARMANDO CON NUESTRAS ACCIONES

9.3.19

LOGOTERAPIA


ESTO TE LLEVARA 3 MINUTOS LEER Y TE SERVIRA PARA TODA LA VIDA
Este es un ensayo de Viktor Frankl, neurólogo, psiquiatra, sobreviviente del holocausto y el fundador de la disciplina; que conocemos hoy como Logoterapia.
No eres Tú, soy Yo...

¿Quién te hace sufrir? ¿Quién te rompe el corazón? ¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿Quién controla tu vida?...
¿Tus padres? ¿Tu pareja? ¿Un antiguo amor? ¿Tu suegra? ¿Tu jefe?...

Podrías armar toda una lista de sospechosos o culpables. Probablemente sea lo más fácil. De hecho sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, dejándote un profundo dolor que hasta el día de hoy no entiendes.
Pero ¿sabes? No necesitas buscar nombres. La respuesta es más sencilla de lo que parece, y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz. Nadie tiene la capacidad al menos que tú le permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.
Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad. Y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.
Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente como: ¿Por qué no me llamó? ¿No piensa buscarme? ¿Por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? ¿Por qué se me quedó viendo feo? y muchas otras que por razones de espacio voy a omitir.
No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.
Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos "lastimaron", siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.
Un claro ejemplo de la enorme dependencia que podemos llegar a tener con otra persona es cuando hace algunos años alguien me dijo:
"Necesito que Enrique me diga que me quiere aunque yo sepa que es mentira. Sólo quiero escucharlo de su boca y que me visite de vez en cuando aunque yo sé que tiene otra familia; te lo prometo que ya con eso puedo ser feliz y me conformo, pero si no lo hace... siento que me muero".
¡Wow! Yo me quedé de a cuatro ¿Realmente ésa será la auténtica felicidad? ¿No será un martirio constante que alguien se la pase decidiendo nuestro estado de ánimo y bienestar? Querer obligar a otra persona a sentir lo que no siente... ¿no será un calvario voluntario para nosotros?
No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones.
Las frases que normalmente se dicen los enamorados como: "Mi amor, me haces tan feliz", "Sin ti me muero", "No puedo pasar la vida sin ti", son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.
Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad. No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía. No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.
La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda: No es él, no es ella... ERES TÚ quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control.
"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino".

LA ACCIDENTADA RELACION ENTRE LA DEPRESION Y LA SEROTONINA



Entre las críticas que reciben los antidepresivos hay una que hace referencia a la hipótesis serotoninérgica (o monoaminérgica, en general). El argumento es más o menos que la hipótesis serotoninérgica de la depresión no tiene suficiente base científica y que, por lo tanto, el empleo de antidepresivos no está justificado. De entrada, es cierto que no sabemos cuál es el mecanismo de acción de los antidepresivos y que el mecanismo del que más se habla —que la depresión está relacionada con una deficiencia funcional de neurotransmisores— no tiene una evidencia que lo confirme. Pero vamos a revisar brevemente la historia de los antidepresivos para entender por qué no hay una relación directa entre la hipótesis serotoninérgica y la utilización de los antidepresivos.

Los antidepresivos se descubrieron por un mecanismo que se llama serendipia, que consiste en que encuentras una cosa cuando vas buscando otra. Así es como se han descubierto miles de cosas en medicina y en ciencia, desde la penicilina al Viagra. Todos los psicofármacos se descubrieron de esta manera, por casualidad, por serendipia. El primer antidepresivo que se identificó fue la iproniacida. En el año 1952 se observó que producía un efecto estimulante en los enfermos en los que se usaba entonces, que no eran enfermos psiquiátricos sino pacientes tuberculosos. A raíz de eso se probó en pacientes deprimidos y en 1957 fue comunicada su eficacia como antidepresivo por Crane y en 1958 por Nathan Kline. Surgió así un grupo de antidepresivos que se llama inhibidores de la monoaminooxidasa o IMAOs.

El otro grupo clásico de antidepresivos es el de los tricíclicos cuyo primer representante fue la imipramina. La imipramina fue descubierta por Roland Kuhn, investigador que iba buscando un antipsicótico. La imipramina tiene una estructura química similar a la clorpromazina, el primer antipsicótico descubierto y Kuhn estaba investigando su utilidad como antipsicótico para el laboratorio Geigy cuando observó su efecto antidepresivo en algunos pacientes psicóticos con depresión. Sin embargo, Geigy no tenía ningún interés en comercializar antidepresivos por la sencilla razón de que no había un mercado para ellos y, aunque se comercializó en Europa en 1958, no le hacía mucho caso. En los años 50 del siglo pasado se estimaba la prevalencia de la depresión en un 0,5% mientras que en los años 90 ya se hablaba de un 10% e incluso algunos dicen que el 25% de la población presenta síntomas depresivos.

El término antidepresivo fue acuñado por Max Lurie en 1952 pero no se empezó a usar hasta mediados de los años 60. El diccionario Webster de 1966 no lo recoge todavía. A la imipramina se la denominó timoléptico y a la iproniazida energizante psíquico. Al principio, nadie tenía el concepto de que pudiera existir un grupo de fármacos “antidepresivos” y el mérito de Kuhn (con formación psicodinámica) tiene que ver con haber seguido esa línea de investigación a pesar de que en la época ni los psiquiatras ni los psicoanalistas se habían centrado en la depresión porque pensaban que era rara, comparada con los trastornos de ansiedad. El gran boom de la depresión llegaría en los años 80 en relación a la comercialización del Prozac, luego hablaremos de ello. Es curioso que un accionista de Geigy, Robert Boehringer, le pidió a Kuhn tabletas de imipramina para tratar a su mujer que padecía una depresión y el fármaco resultó muy eficaz. Tras esa experiencia personal, Boehringer presionó a Geigy para que promocionara con más ahínco la imipramina.

El caso es que a primeros de los años 60 se habían comercializado siete IMAOs y dos tricíclicos y nadie tenía ni la más remota idea de su mecanismos de acción; creo que queda claro que la utilización de antidepresivos no tuvo nada que ver con ninguna hipótesis serotoninérgica sino con observaciones clínicas. Las primeras hipótesis sobre el mecanismos de acción de los antidepresivos se lanzan en 1965, principalmente por Schildkraut en un artículo en el American Journal of Psychiatry, donde propone que la depresión se debe a un déficit relativo en catecolaminas y en especial de la noradrenalina. Es decir, que la primera hipótesis que se publica no tiene que ver con la serotonina sino con la adrenalina. Esto en parte se debió a que desde décadas antes se había considerado a la catecolamina noradrenalina como una hormona relacionada con el estrés. Canon en 1929 ya identificó a la noradrenalina y a la adrenalina como como un factor clave para movilizar la respuesta de “lucha-huida” frente a los estímulos amenazantes.

Una observación en la que se basó Schildkraut para proponer su hipótesis fue en el efecto de la reserpina. La reserpina se había observado que producía una sedación o “depresión” en animales y se comprobó que vaciaba el cerebro de catecolaminas. También se observó que esa sedación se podía revertir si se administraba DOPA o IMAOs o tricíclicos. Hay que decir que todas esta observaciones se discutieron posteriormente e incluso hay un estudio de 1955 que demuestra que la reserpina es antidepresivo, pero en aquella época era lo que se pensaba.

NINGUNO DE LOS INVESTIGADORES SERIOS PRESENTARON ESTAS HIPÓTESIS COMO VERDADES CIENTÍFICAS IRREBATIBLES SINO COMO LO QUE ERAN, HIPÓTESIS QUE PODÍAN MOVER A UNA MAYOR INVESTIGACIÓN Y A AUMENTAR NUESTROS CONOCIMIENTOS DE LA NEUROTRANSMISIÓN Y BIOQUÍMICA CEREBRAL

Fue en 1967 cuando por primera vez Coppen implica a la serotonina en la depresión en el British Journal of Psychiatry surge la hipótesis serotoninérgica (entre otras razones porque había observado que añadir triptófano —precursor de la serotonina— a un IMAO aumentaba su efecto antidepresivo). La serotonina es una indolamina y la noradrenalina una catecolamina, como hemos dicho, pero tanto unas como otras son monoaminas, es por eso que ambas hipótesis se pueden unificar bajo el nombre de hipótesis monoaminérgica de la depresión. En las dos décadas siguientes se produce una división entre los investigadores americanos y los británicos formándose dos bandos. Los americanos se dedican a la noradrenalina y los británicos a la serotonina, pero la corriente mayoritaria es la que implica a la noradrenalina. Los americanos decían, por ejemplo, que los antidepresivos tricíclicos bloquean más el efecto de noradrenalina que el de serotonina y que el papel de la serotonina era secundario. Pero el otro bando respondía con los estudios de los rusos Lapin y Oxenkrug que decían que todos los antidepresivos, incluyendo la terapia electroconvulsiva, aumentaban la disponibilidad de serotinina en el cerebro.

Pero hay que decir que ninguno de los investigadores serios presentaron estas hipótesis como verdades científicas irrebatibles sino como lo que eran, hipótesis que podían mover a una mayor investigación y a aumentar nuestros conocimientos de la neurotransmisión y bioquímica cerebral. El mismo Schildkraut en su artículo de 1965 dice que la hipótesis de las catecolaminas es “sin duda, en el mejor de los casos, una sobresimplificación de un estado biológico muy complejo”. Y todo el mundo, tanto investigadores como psiquiatras, eran conscientes de las limitaciones y de las incongruencias de estas hipótesis que no explicaban muchas cosas. Voy a señalar algunas de estas cosas que no explica:

La inducción bioquímica de los efectos sobre los neurotransmisores en las sinapsis es inmediata pero el efecto antidepresivo es tardío (semanas).
No hay relación directa entre la potencia de acción sobre el neurotransmisor y la eficacia clínica del producto
Moléculas muy inhibidoras de la recaptación de aminas (como la cocaína) no son antidepresivas.
La disminución de metabolismos de la serotonina en líquido cefalorraquídeo tras el uso de tricíclicos no se correlaciona con la respuesta clínica.
Y lo más importante: que no se ha demostrado alteraciones de los neurotransmisores en los pacientes depresivos de una manera concluyente (tal vez exceptuando la asociación entre baja serotonina y suicidio).
UN PAPEL MUY DIFERENTE ES EL QUE HA JUGADO LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA EN RELACIÓN CON LA HIPÓTESIS MONOAMINÉRGICA

Un papel muy diferente es el que ha jugado la industria farmacéutica en relación con la hipótesis monoaminérgica. Por un lado, ha sido una herramienta y una hipótesis que ha guiado el desarrollo de nuevos fármacos y se han buscado fármacos que actuaran sobre determinados neurotransmisores como guía para dar con antidepresivos. Pero, por otro lado, la han utilizado como herramienta de marketing, generando todo una neurociencia-ficción simplista para darle un lustre científico a sus productos y la han presentado como más basada en la evidencia científica de lo que realmente era. El Prozac se comercializa en 1987 y los 90 es la época en la que se produce un boom en el uso de antidepresivos y en el aumento de la prevalencia de la depresión, fenómenos ambos que están ligados como vamos a ver. Sería largo entrar en ello pero voy a dar algunas claves pero recomiendo a los interesado el libro Let Them Eat Prozac, de David Healy.

Una de las razones del giro de la industria de los ansiolíticos a los antidepresivos fue el descubrimiento de los problemas de adicción con las benzodiacepinas. Los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS; el más famoso el Prozac) podrían haberse comercializado como ansiolíticos o como antidepresivos. De hecho, tras su comercialización, los ISRS han ido consiguiendo indicación para varios trastornos de ansiedad: Trastorno Obsesivo-Compulsivo, Ataques de pánico, Fobia Social… Según Healy, el ambiente generado por la adicción a benzodiacepinas inclinó a Lilly a desarrollarlo como antidepresivo. Por ejemplo en Japón donde no hubo ese problema con el uso de benzodiacepinas, en el año 2000 no se había comercializado ningún ISRS y el mercado de las benzodiacepinas y ansiolíticos seguía siendo fuerte.

EL BOOM EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LA HIPÓTESIS SEROTONINÉRGICA ESTÁ MUY LIGADO A LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA Y A ESTRATEGIAS DE MARKETING

Pero la industria farmacéutica no se dedicó sólo a vender antidepresivos sino que principalmente se dedicó a vender depresión, lo cual es un principio básico del marketing: el buen vendedor no vende agua, vende sed (hemos visto múltiples ejemplos de esta técnica, por ejemplo la de vender gripe aviar para vender tamiflú). A ello colaboraron los cambios en los criterios diagnósticos de la depresión en el DSM-III que amplió el concepto de depresión al introducir la depresión mayor. Como hemos comentado antes, en los años 50 las depresiones principales eran las melancolías, depresiones graves psicóticas -las cuales solían requerir ingreso— y no el fenómeno actual de las depresiones ambulatorias. Se produce entonces un fenómeno que se llama “disease mongering” o promoción de enfermedades; si yo promuevo la depresión, o el trastorno de pánico, o la fobia social, o el trastorno bipolar en realidad estoy vendiendo mis fármacos, si promuevo la enfermedad el remedio se vende solo. Así que el boom en los últimos años de la hipótesis serotoninérgica está muy ligado a la industria farmacéutica y a estrategias de marketing.

Todo esto es muy conocido y se critica mucho así que no me voy a extender más. Pero para acabar el artículo sí quiero referirme a un cambio legal que ha permitido que la industria farmacéutica pueda hacer estas cosas que comentamos (como la promoción de enfermedades), una modificación legislativa que cambió la asistencia sanitaria de una manera radical y que muy poca gente conoce y, por lo tanto, algo de lo que no se suele hablar. Me refiero a la enmienda Kefauver-Harris de 1962 a la ley federal de alimentos y medicamentos de 1938, que fue una consecuencia de la crisis de la talidomida. Súbitamente, se comprendió entonces que los fármacos podían ser peligrosos y por ello entró en vigor la enmienda de 1962, la cual cambió por completo el desarrollo y la comercialización de fármacos. Esta enmienda provocó cambios en tres áreas:

1- Las compañías farmacéuticas tenían que desarrollar fármacos dirigidos a enfermedades específicas. Este punto es clave para lo que estamos hablando. Antes de esta época se podía comercializar un fármaco como “estimulante” o como “tranquilizante” o alguna etiqueta general de este tipo. Pero a partir de esta enmienda tiene que ser un fármaco para la diabetes, para el trastorno por déficit de atención o para la depresión. Creo que ahora podéis ver la relación entre la ley y lo que hacen los laboratorios.

2- Los fármacos sólo estarían disponibles por prescripción médica.

3- La enmienda obliga a realizar ensayos clínicos aleatorizados controlados (RCT) para demostrar la eficacia de los fármacos además de la demostración de seguridad que ya existía.

CASI TODOS LOS ANTIDEPRESIVOS SON DESCENDIENTES DE LOS DESCUBRIMIENTOS CLÍNICOS DE LOS AÑOS 50, LO QUE LA INVESTIGACIÓN POSTERIOR HA HECHO HA SIDO TIRAR DEL HILO QUE SE DESCUBRIÓ SIN TANTA SOFISTICACIÓN EN LOS AÑOS 50

Esta ley tuvo consecuencias positivas indudablemente en todo lo relacionado con la seguridad de los fármacos pero tuvo también consecuencias negativas en muchos otros sentidos, porque como se suele decir: “hecha la ley, hecha la trampa”. Por un lado, la enmienda favorece una visión categorial en vez de dimensional de las enfermedades, en este caso de las mentales. Anteriormente existía en psiquiatría una visión más dimensional de los trastornos pero a partir de entonces se promueve la división en enfermedades diferentes y tenemos en el DSM al exponente más claro de esta nueva filosofía. Otra consecuencia negativa es el encarecimiento del desarrollo de fármacos. Los ensayos controlado son caros y resulta que sólo la industria farmacéutica puede permitírselos.

Anteriormente, como hemos visto, un investigador o clínico podía observar el efecto de un fármaco, estudiarlo en un cierto número de pacientes y publicar los resultados y en muy pocos años o incluso meses el fármaco podía estar en el mercado. Con el nuevo sistema el desarrollo de fármacos se complica costando muchos millones y años llegar al mercado. Hay que decir que los principales descubrimientos en psiquiatría (y en medicina en general) no han procedido casi nunca de ensayos controlados, como hemos visto. La creatividad no procede de los ensayos controlados aunque luego estos sean necesarios para consolidar los descubrimientos o fármacos. La prueba es que casi todos los antidepresivos (y psicofármacos en general) son descendientes de los descubrimientos clínicos de los años 50, lo que la investigación posterior ha hecho ha sido tirar del hilo que se descubrió sin tanta sofisticación en los años 50.

Resumiendo, este breve recorrido histórico nos muestra que la historia de la hipótesis serotoninérgica es mucho más compleja de lo que se afirma habitualmente de una manera simplista. Y desde luego no hay una relación entre su veracidad y el uso clínico de los antidepresivos. Ha sido una herramienta para realizar nuevos descubrimientos pero también ha sido mal utilizada y sobredimensionada. En ello han influido múltiples factores entre los que destacan el papel de la industria farmacéutica y el papel de la Administración por medio de la normativa para el desarrollo y comercialización de fármacos.

Referencias bibliográficas:

References
COPPEN, A. (1967). The Biochemistry of Affective Disorders. The British Journal of Psychiatry, 113(504), 1237-1264. doi:10.1192/bjp.113.504.1237

Davies, D., & Shepherd, M. (1955). RESERPINE IN THE TREATMENT OF ANXIOUS AND DEPRESSED PATIENTS. The Lancet, 266(6881), 117-120. doi:10.1016/s0140-6736(55)92118-8

Healy, D. (2004). The creation of psychopharmacology.

Mulinari, S. (2012). Monoamine Theories of Depression: Historical Impact on Biomedical Research. Journal of the History of the Neurosciences, 21(4), 366-392. doi:10.1080/0964704x.2011.623917

SCHILDKRAUT, J. J. (1965). The Catecholamine Hypothesis of Adfective Disorders: A review of Supporting Evidence. American Journal of Psychiatry, 122(5), 509-522. doi:10.1176/ajp.122.5.509