La Resonancia Schumann
¿Sientes que los días son más cortos y que el tiempo pasa
volando?
Puede que en el siguiente artículo haya una respuesta.
A mediados de la década del 50, el Dr. Schumann quien
prestaba servicios en la UTN de Munich, Alemania, descubrió un efecto de
resonancia en el sistema Tierra-Aire-Ionosfera, que mostraba la particularidad
de polarizarse e imponer posibles direcciones perpendiculares de vibraciones.
En Física, a este efecto se le denomina “Onda transversal-magnética” y al
descubrimiento del Dr. Schumann le fue llamado, y es hoy conocido con el
término de “Resonancia Schumann”. (Las resonancias son correlaciones de partículas.
En un sistema de partículas en interacción, la aproximación al equilibrio de
éstas se debe a las resonancias. Los campos en interacción también crean
resonancias).
La teoría del Dr. Schumann, físico alemán, fue validada por la NASA, la Tierra
está rodeada de un campo electromagnético poderoso que s e forma entre el suelo
y la parte inferior de la ionosfera situada a unos 100 km. por encima de
nosotros.
Ese campo posee una resonancia (de ahí el nombre de
resonancia Schumann) más o menos constante del orden de 7,83 Hz (Hertz) o
ciclos por segundo; similares al pulsar de un corazón. Esto funciona como si
fuera un marcapasos, responsable del equilibrio de la biosfera, condición común
de todas las formas de vida. También se ha comprobado que el cerebro de todos
los mamíferos (los seres humanos lo son) están dotados de esa misma frecuencia
de 7,83 Hertz. Un gran indicador del cambio de frecuencia es que nos estamos
volviendo más intuitivos.
Empíricamente se ha constatado que no podemos ser saludables
fuera de esta frecuencia biológica natural. Siempre que los astronautas, en
razón de los viajes espaciales, quedaban fuera de la resonancia Schumann, se
enfermaban. Pero sometidos a la acción de un \”simulador Schumann\” recuperaban
el equilibrio y la salud.
Generalmente la Física que se sustenta en las teorías
mecanicistas acostumbra a ignorar aquello que no puede explicar, pero en
algunos países como Suiza, Suecia, Austria y Alemania muchos físicos y biólogos
han estado experimentando con ondas resonantes estudiando sus variaciones y
formulando nuevos proyectos en física cuántica.
Por miles de años la Tierra ha tenido esta frecuencia de
pulsaciones y la vida se ha desarrollado en un relativo equilibrio ecológico.
Sucede, sin embargo, que a partir de los años 80, y de forma más acentuada a
partir de los años 90, la frecuencia se elevó de 7,83 a 11 y a 12 Hertz.
El mecanismo de la fricción del núcleo y del magma en el
centro de la Tierra se disparó y comenzó a generar: perturbaciones climáticas,
mayor actividad de los volcanes y terremotos, crecimiento de tensiones y
conflictos en el mundo y aumento general de comportamientos atípicos y
erráticos en las personas, entre otros. Debido al cambio en la medición de la
rotación de la Tierra por medio de la escala de Schumann , el día que era
medible como de 24 horas, pasó a ser medida como si tuviera solamente 16 horas.
Por lo tanto, la percepción de que todo está pasando demasiado rápido no es
ilusoria, tendría una base real en este cambio en la resonancia Schumann. ¡El
tiempo se está acelerando! Recordemos, antes de que se lo pregunten, que el
reloj NO es el tiempo, el tiempo no existe y apenas lo medimos como una
convicción para ordenarnos en el mundo tridimensional.
Si la Tierra detiene su rotación y la frecuencia de resonancia
alcanza los 13 ciclos, estaríamos en el campo magnético del punto cero o 13 de
la escala de Schumann que tiene como valores de medición el número 1 como un
campo magnético muy alto y el 13 como un campo magnético muy bajo.
La ciencia reconoce a la RS (Resonancia de Schumann) como un
indicador sensible de las variaciones de la temperatura y de las condiciones
mundiales del clima. La RS fluctuante y las explosiones solares, pueden ser un
factor en las severas tormentas, inundaciones y el clima de los recientes años.
Mientras que el ritmo del “pulso” de la tierra se está
elevando, la fuerza de su campo magnético, por el otro lado, está declinando.
De acuerdo con el Profesor Bannerjee de la Universidad de Nuevo México, el
campo ha perdido hasta la mitad de su intensidad en los últimos 4.000 años. Y
debido a que la fuerza de este campo es un precursor de las reversiones de los
polos magnéticos, el Profesor Bannerjee cree que está en curso otra reversión.
Como estos cambios cíclicos están asociados con las reversiones, los registros
geológicos de la Tierratambién marcan cambios previos en la historia. Y dentro
de la enorme escala de tiempo representada, hubo bastantes de ellos (171 en
4.000.000 de años)
Una de las investigaciones, y quizás la más polémica, es que
la manipulación de este tipo de ondas, estimuladas, constituyen una de las
armas militares más sofisticadas del presente, ya que por medio de su creación
artificial y a la vez exacta , dicha resonancia podría interferir en los
procesos psíquicos de potenciales enemigos ya que se presume que éstas ondas
resonantes vibran, en ocasiones, en la misma frecuencia que las ondas
cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos en general. (Las ondas
transversales magnéticas están generadas por impulsos electromagnéticos
relámpagos y rayos. La frecuencia de la misma varía entre valores que van desde
los 6 hasta los 50 Hertz, generalmente 7.8, 14, 20, 26, 33, 39 y 45 Hertz).
Volviendo a Schumann, diremos que según cuenta la historia,
el dicho doctor trabajaba en ese entonces, con sus alumnos universitarios, en
cálculos y proyectos de potenciales eléctricos. En una oportunidad, les planteó
el deber de calcular el potencial de dos superficies semiesféricas ubicadas a
una determinada distancia entre sí y que eran eléctricamente conductoras
(similar al ensayo de chispa, entre puntas). Sobre la marcha del experimento,
una idea ejemplificadora le trajo un pensamiento: “Aquí tenemos la Tierra y la
ionosfera. Consideren, como ejemplo, el diámetro de la Tierra y el diámetro de
la capa inferior de la ionosfera y calculen qué frecuencia propia resultar
ahí”. Como todo cálculo experimental da por conclusión una serie de parámetros,
hubo algunas diferencias respecto a otros ensayos realizados.
El Doctor Schumann tenía que verificar, si los cálculos que
realizaban los estudiantes eran correctos y entonces obtuvo un resultado : +-
10 HZ por segundo. Este resultado fue publicado en los suplementos de
divulgación científica de la universidad, uno de los suscriptores , médico de
profesión, que se interesaba por la Física, el Dr. Ankermüller leyó los
resultados y le sorprendió que estos dieran una frecuencia característica del
ritmo Alfa de las ondas cerebrales, concordante , no por casualidad con los
experimentos del Dr Schumann. El Dr. Ankermuller se comunicó inmediatamente con
aquél y le dijo que su conclusión era sorprendente, que el ritmo Alfa de las
ondas cerebrales coincidía con el ritmo terrestre y que había que comprobar si
esto era verídico.
Presuntamente, el doctor Schumann, dijo que si esto era
interesante para la medicina, deberían experimentar, y tuvo la idea de encargar
el estudio a uno de sus alumnos que justamente tenía que hacer su tesis de
doctorado. El graduado que debía desarrollar el doctorando se llamaba Herbert
König, quien fuera más tarde yerno del Dr. Ernest Hartmann (descubridor de las
radiaciones terrestres que afectan a los seres vivos) y posteriormente fue
sucesor del Profesor Schumann en la Universidad de Munich.
El Dr. König, a través de muchas mediciones, pudo determinar
luego que el valor exacto no era 10 Hertz, sino 7,8 Hertz la frecuencia del
hipotálamo y es la única frecuencia que en todos los mamíferos, incluyendo el
hombre, es tan exactamente común.
La frecuencia de 7,8 Hertz del hipotálamo es una constante
normal biológica, y funciona como un marcapasos para nuestro organismo. Sin la
existencia de esa frecuencia la vida no sería posible. Esto se comprobó con los
primeros viajes realizados al espacio fuera de la ionosfera en donde los
astronautas, tanto los rusos como americanos, volvían de sus misiones
espaciales con complicados problemas de salud. Al someterse un tiempo fuera de
la ionosfera les faltaba la pulsación de esa frecuencia vital 7,8 Hertz. Al
comprobar esto se buscó como solucionar el problema lográndolo a través de
generadores de ondas Schumann artificiales.
Los científicos espaciales hicieron muchos estudios
interesantes al respecto. Uno de ellos, fue la construcción de una especie de
bunker subterráneo aislado magnéticamente. Durante varias semanas de
experimentos en ese lugar comprobaron que después de algunos días sometidos a
una variación de frecuencia magnética, se producían en las personas afectadas
los mismos problemas de salud: dolor de cabeza, falta de coordinación, disminución
en la concentración, impotencia y alteraciones en el ritmo cardiaco. Luego
comprobaron que si hacían ingresar a ese laboratorio de ensayos pulsaciones de
7,8 Hertz generadas artificialmente, por un breve tiempo, entonces las
condiciones de salud de los voluntarios se volvía a estabilizar nuevamente.
Hay personas que sufren consecuencias de éste tipo, cuando
por causas meteorológicas, especialmente por las tormentas electromagnéticas
solares, esas frecuencias de ondas Schumann se ven interferidas: especialmente
problemas cardiacos. Modernas terapias biomagnéticas, hacen generosos aportes
mediante aparatos generadores de ondas Schumann y de ondas geomagnéticas,
retornando los efectos vitales necesarios para mejorar el entorno de todos los
seres vivos sometidos a la contaminación ambiental geopática (radiaciones
nocivas).
La Tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico. La
atmósfera es realmente un conductor débil y si no existieran fuentes de carga,
su electricidad característica se disiparía rápidamente. Existe una “cavidad”
definida por la superficie dela Tierra y el borde interno de la ionosfera , a
partir de los 10 km y más de 50 kilómetros arriba, hay un flujo de corriente
vertical entre el suelo y la ionosfera +- 1800 Amperes según los cálculos. La
resistencia de la atmósfera es de 200 Ohm. La capacidad de 25 faradios, el
voltaje potencial variable es de 200.000 a 400.000 Voltios. Hay en promedio de
más de 500 tormentas eléctricas en un momento dado en todo el mundo. Cada una
produce de 0, 5 a 1 Amper de corriente y estas medidas se computan para medir
la capacidad de corriente en la cavidad resonante de la Tierra. El gradiente de
voltaje, es de 200 a 300 volts por metro, cerca de la superficie de la Tierra,
y se reduce a unos 100 volts cerca del suelo. Esto es posible medirlo, en los
ambientes domésticos, por ejemplo, donde hay computadoras personales
conectadas, se pueden producir voltajes inducidos de hasta 100 volts o más,
alrededor de los gabinetes contenedores (CPU), y sobre el piso en donde el
operador del PC apoya sus pies.
Hasta ahora, cuando las propiedades de la cavidad
electromagnética de la Tierra permanecen iguales, estas frecuencias se
mantienen iguales. Presumiblemente existe algún cambio debido al ciclo de
manchas solares y al cambio de la ionosfera de la Tierra como respuesta al
ciclo de 11 años de actividad solar. Como la atmósfera de la tierra lleva una
carga, una corriente y un voltaje, no es nada sorprendente encontrar dichas
ondas electromagnéticas resonantes, pues forman parte de dicha atmósfera y
también son parte de nosotros, sus influencias nos llegan directamente y
producen los efectos que hemos descripto. Las edificaciones modernas, en
concreto las grandes estructuras, los cableados de alta tensión , las torres de
acero, las antenas de células, etc. forman grandes jaulas de Faraday que
impiden la propagación de las ondas pertenecientes a este campo natural, y por
ende afectan seriamente las frecuencias normales. Cabe aclarar, sin embargo,
que otras hipótesis afirman que las ondas Schumann influyen sólo en la
actividad eléctrica de la atmósfera, desechando que las mismas intervengan
también en el electromagnetismo terrestre.
Las experimentaciones indicarían que, con la generación o
inducción de frecuencias del rango 7.8 -8 Hz, consideradas campos magnéticos débiles,
es posible :
• Alterar el comportamiento de células, tejidos y órganos .
• Alterar niveles hormonales.
• Alterar los procesos químicos celulares.
• Alterar la percepción del tiempo en animales y seres humanos.
• Inducir el sueño y los estados meditativos.
• Disminuir el nivel de stress.
• Afectar benéficamente los procesos de inmunidad.
• Equilibrar el ritmo cerebral.
• Lentificar las taquicardias.
• Estimular los procesos de aprendizaje.
• Expandir la conciencia.
• Generar un mayor flujo de energía vital (KI – CHI)
• Estimular los procesos curativos naturales.
• Incrementar la actividad del biocampo humano creando una barrera defensiva
contra las agresiones del medio ambiente , ya sea físicas ó psíquicas .
Modificación deliberada de frecuencias Schumann: Ahora bien,
La resonancia Schumann (RS) constituye quizá el apoyo de un proceso de
percepción extrasensorial (PES) de tipo radar para todos los seres vivos.
Algunas frecuencias cualesquiera pueden ser absorbidas y remitidas por todo
objeto según esquemas de interferencias específicos. Estas “ondas que resuenan”
pueden modularse intencionalmente en frecuencia o en su forma con diferentes
fines o sea, cualquier modificación puede ser bien, buena, saludable y eficaz o
su otro extremo, totalmente destructiva, ejemplo de ello son las “ELF (muy baja
frecuencia) y en ULF (ultra baja frecuencias). Hay quienes sostienen que estas
alteraciones magnéticas se están deliberadamente manipulando. H.A.A.R.P.
(High-frequency Activo Auroral Research Program) es un programa operativo en
Gakona, Alaska en ésta materia y en la actualidad denunciado por varios
activistas ecológicos y grupos científicos por ensayar con modificaciones (RS).
De ser así el ritmo vibratorio de nuestro medio ambiente, el motor fundamental
de toda vida sobre nuestro pequeño planeta azul, es amenazado por las
manipulaciones humanas de la ionosfera como la tecnología del programa HAARP.